El humo mata a una familia en Poble Sec
Dormir en verano puede resultar complicado. Sobre todo si hace calor, como estos días, y en casa no hay instalado un aparato de aire acondicionado. Mucha gente opta entonces por abrir las ventanas de la habitación o del comedor. Así al menos entra el aire fresco de la noche. Eso es lo que hicieron José Antonio, Merche y su hijo Alberto la noche del jueves. Pero ese pequeño truco cotidiano para sobrevivir a la canícula acabó costándoles la vida.
La violencia de las llamas provocó otros dos heridos y obligó a desalojar a 20 personas durante algunas horas
Los Mossos d'Esquadra y los Bomberos mantienen abiertas todas las hipótesis sobre las causas del fuego
El presidente de la comunidad alertó a la policía de que la familia aún estaba en casa
El bloque no ha sufrido daños estructurales, pero hay tres pisos calcinados
Un matrimonio y su hijo mueren por inhalación de humo tras un incendio declarado en el piso de un vecino
Los tres murieron ayer por la mañana durante un incendio que se declaró en un piso del barrio de Poble Sec, en Barcelona. El fuego se inició alrededor de las 6.30 horas. No en la vivienda donde residía la familia, sino dos plantas por debajo. En un breve lapso de tiempo, las llamas dieron paso a un humo negro y denso que trepó con facilidad a los pisos superiores y entró en todos los rincones de la casa de José Antonio, Merche y Alberto.
El alcalde accidental de la ciudad, Jordi William Carnes, se desplazó al lugar de los hechos para confirmar lo que parecía evidente: que la familia había dejado puertas y ventanas abiertas, y había fallecido por inhalación de humos.
El fuego afectó al número 79 de la calle de Tamarit, un enorme bloque de viviendas donde vive gente de clase trabajadora. Ni los Bomberos ni los Mossos d'Esquadra pudieron concretar ayer las causas del mortal incendio, que se inició en una de las habitaciones del 5º 1ª, según precisó el jefe de guardia de los Bomberos de la Generalitat, Jesús Martínez.
Precisamente en ese piso vivían las dos personas que también resultaron heridas por inhalación de humo. El hombre, que es el propietario del inmueble, yacía inconsciente en el rellano, junto a la puerta de casa, cuando fue rescatado. La mujer, que no vivía allí de forma estable, trató de salvarse de las llamaradas descolgándose por el balcón hasta el piso inferior. Algunos vecinos la oyeron y en ese momento se produjeron las escenas más dramáticas de una mañana movida para los vecinos de Poble Sec. "La señora no dejaba de gritar que se estaba quemando, y yo le dije que intentara taparse el cuerpo con una toalla mojada", aseguró Marisol López, que vive en la escalera contigua.
Las dos ambulancias que se desplazaron hasta la calle de Tamarit atendieron a la pareja. El hombre fue trasladado al Hospital de la Cruz Roja y la mujer, al Hospital del Mar. El pronóstico de ambos es similar, según detallaron ayer fuentes de estos centros sanitarios: evolucionan favorablemente de la intoxicación y en pocos días recibirán el alta médica.
Algunos vecinos no dudaron en calificar al hombre que vive en el piso siniestrado, el 5º 1ª, de "conflictivo", "problemático" y "extraño". "Él vive solo. Pero en el piso entra y sale gente continuamente", detalló el presidente de la comunidad, Juan Escámez. "En ese piso entraban mujeres de todos los colores", abundó María Aznar. Tanto ella como otros vecinos aseguraron haber oído una fuerte discusión entre el hombre y la mujer, poco antes de que comenzara el incendio.
Si el incendio fue accidental o intencionado es algo que no se sabrá, con toda probabilidad, hasta el lunes. La policía científica empezó ayer por la tarde a investigar las causas del incendio con una inspección minuciosa de los pisos afectados. Por el momento no han esbozado ni una sola hipótesis, aunque fuentes de los Bomberos apuntaron que se trata de un incendio "extraño", sobre todo por la velocidad con la que se propagó el humo.
La virulencia de las llamas y el fuerte olor a madera quemada sacaron de la cama a varios vecinos, que abandonaron sus casas con lo puesto. A escasos metros del lugar del suceso está situada una de las principales sedes en Barcelona de Mossos y Bomberos, que acudieron a los pocos minutos. Los bomberos desalojaron por unas horas a una veintena de personas.
Ya en la calle, el presidente de la comunidad advirtió de que faltaban tres vecinos. "Le dije a la policía que los del 7º 1ª tenían que estar aún en casa, porque no se habían ido de vacaciones", dijo Escámez. Una vez sofocado el incendio, los bomberos accedieron a la vivienda a través del balcón. En el comedor encontraron los cuerpos sin vida del matrimonio, formado por José Antonio P. A., de 75 años, y Merche R. F., de 59. El hijo de ambos, Alberto P. R., de 38 años, apareció muerto en el cuarto de baño. No les dio tiempo a escapar.
Esther acababa de prejubilarse tras varios años como secretaria de la firma Nissan, por lo que ambos esperaban tener más tiempo para "vivir la vida", explicaron los vecinos. "Ayer mismo [por el jueves] bromeaba con ellos, porque a partir de ahora los dos iban a poder usar la tarjeta de jubilado en el autobús", dijo Juan Pérez, que conocía a la familia. Para mayor desgracia, el hijo vivía habitualmente en otro domicilio junto a su pareja. Pero había sufrido un accidente de coche y había decicido reponerse pasando unos días en casa de sus padres.
Mientras la juez ordenaba el levantamiento de los tres cadáveres, Gloria, otra vecina, explicaba que los vecinos del piso 6º 1ª se habían librado de la tragedia "de milagro". La pareja y sus dos hijos se encontraban de vacaciones en un cámping cercano a Sitges. "La mujer es muy amiga mía. La he llamado para contarle lo ocurrido, pero ella ya se había enterado por televisión". La familia abandonó enseguida el cámping y poco tiempo después llegó a la calle de Tamarit.
La gran cantidad de humo que ascendió por el balcón, las ventanas y el rellano dañó severamente los pisos situados en la sexta y la séptima plantas. El inmueble donde se originó el fuego quedó completamente calcinado, remarcaron los bomberos. Pese a que la huella negra del humo podía verse ayer en buena parte de la fachada, el edificio no ha sufrido daños estructurales. De hecho, la inmensa mayoría de los vecinos pudieron regresar a sus casas a las pocas horas.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.