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Internet y la división familiar, claves de la compra

La saga protagonizada por Dow Jones y News Corporation revela los nuevos aires que soplan en el negocio de la prensa en EE UU. Las grandes familias de editores empiezan a desprenderse de sus activos antes de que Internet hunda más el negocio. La familia Bancroft estaba, además, muy fragmentada y la generosa oferta de Ruper Mudoch provocó un fuerte choque generacional. Además, la pobre gestión de la empresa, la falta de imaginación y la pasividad para adaptar Dow Jones a los nuevos tiempos puso el grupo a tiro de piedra de Rupert Murdoch.

El clan, que controla el 64,2% de los derechos de voto en la compañía, envió señales contradictorias durante la negociación. Christopher Bancroft y Leslie Hill fueron los principales opositores a la operación, porque querían preservar los lazos familiares con Dow Jones. Pero la réplica llegó de sus propios hijos, como Crawford Hill, que reconocía que no estaban siendo buenos propietarios del medio.

Hill, que dejó el consejo de Dow Jones pocas antes de que se firmara el acuerdo, reconocía los beneficios financieros de la oferta de Murdoch, pero consideraba que no compensaba la pérdida de una organización reconocida en todo el mundo por su independencia e integridad.

Los actuales propietarios de Dow Jones son descendientes de Jessie Waldron, una viuda rica que se casó con el periodista Clarence Barron. Los dos compraron Dow Jones en 1902. La hija mayor de Waldron, Jane, heredó el negoció antes de casarse con Hugh Bancroft. El clan está ahora muy disperso y sus 33 miembros con derechos de voto tienen distintas ocupaciones e intereses.

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