El pórtico en obras de la catedral
La restauración del Pórtico y de las pinturas de la Capilla Mayor darán una nueva imagen al templo compostelano
Los miles de visitantes que recibe cada día durante el verano la catedral de Santiago apenas reparan en uno de los tesoros mejor guardados del templo, las pinturas que adornan la Capilla Mayor, situadas justo encima de la zona por la que el botafumeiro vuela para deleite de los peregrinos y turistas. No es extraño que no les presten atención porque su deteriorado estado las hace prácticamente imperceptibles, a menos que se tenga la oportunidad de acercarse para contemplarlas de cerca. Durante los dos próximos años se realizará la restauración de estas pinturas que podrán admirarse durante el próximo Año Santo, en 2010. Algo más tardará en completarse la restauración del Pórtico de la Gloria, sin duda la joya de un recinto que soporta cada año el paso de un gran número de visitantes que obligan a tomar algunas medidas para preservar el buen estado de las esculturas.
Desde hace tiempo ya no se puede cumplir el ritual de golpear con la cabeza una de las figuras situadas en una de las columnas del Pórtico. Para evitar el deterioro se instalaron unas barras de aluminio que impiden a los visitantes tocar las columnas. El efecto estético no es el ideal, pero es el precio a pagar para conservar la piedra en el mejor estado posible. José María Arias, vicepresidente de la Fundación Barrié de la Maza, entidad encargada de la restauración del Pórtico, confirmó hace unos días que después del verano se instalará un andamio junto al conjunto escultórico para realizar un completo estudio del mismo antes de iniciar los trabajos de restauración. Los turistas también podrán utilizar esta estructura para obtener una nueva perspectiva sobre las esculturas que forman el Pórtico.
Por el momento el estado real de este hito de la escultura románica está mejor guardado que un secreto de Estado. Ni la Fundación Barrié, ni la Consellería de Cultura ni el Cabildo de la Catedral -las tres instituciones que colaboran en la restauración- aportan datos sobre la situación actual del Pórtico. El aire viciado que se genera por la respiración de los millones de visitantes que ha recibido durante cientos de años es uno de los factores que han contribuido al deterioro de la piedra, que también podría sufrir problemas de humedades, pero nadie quiere lanzar un pronóstico sobre que tipo de trabajos serán necesarios para completar la restauración. A través de un concurso internacional por invitación se elegirán a los encargados de llevar a cabo las obras. De momento se ha preseleccionado a una treintena de candidatos de España, Italia y Francia.
Lo que sí se ha anunciado es que el período estimado para realizar los trabajos es de 32 meses y por tanto no estarán terminados hasta finales de 2010. Aunque tampoco hay seguridad absoluta al respecto, lo más probable es que los visitantes puedan seguir contemplando el Pórtico mientras se realiza su restauración, aunque no se descarta que haya que restringir el acceso a la zona en algún momento.
También será necesario instalar andamios para los trabajos en las bóvedas y arcos de la Capilla Mayor. Los expertos señalan que hay restos de cinco ciclos pictóricos en esta zona: pinturas medievales, pinturas renacentistas de Juan Bautista de Celma, pinturas barrocas de Pedro de Mas y las realizadas por Gabriel Fernández entre 1766 y 1767, que pintó el cimborrio del crucero y la Capilla Mayor según la estética tardobarroca. Desde esta última intervención, cuatro siglos de historia han dejado su huella sobre la decoración mural barroca. Los efectos del paso del tiempo son visibles a simple vista. Las humedades, las telas de araña, los hongos y el polvo han afectado gravemente a los murales. Si todo marcha como está previsto los trabajos en la Capilla Mayor habrán terminado a finales de 2009 y los visitantes podrán ver una perspectiva inédita del interior del templo.
Con la restauración de la Capilla Mayor y del Pórtico no terminarán los trabajos en la catedral. El siguiente proyecto será la ordenación del museo catedralicio, que se llevará a cabo a partir del año 2010. Mediante estas actividades las tres instituciones implicadas tratan de adecuar la catedral a los nuevos tiempos, aunque sin alterar los elementos fundamentales que atraen a los visitantes. Para ver el resultado final habrá que esperar aún algunos años. Como indicó el arzobispo de Santiago, Julián Barrio, durante la presentación del proyecto de restauración: "A buen seguro que el maestro Mateo estará contemplando lo que hacemos con cierta curiosidad".
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