El apoyo al terrorismo islamista desciende en el mundo musulmán
Una encuesta revela la inquietud por las tensiones entre chiíes y suníes
La justificación del uso de la violencia en el mundo musulmán ha remitido en los últimos cinco años. Eso se desprende de la encuesta publicada el martes por el grupo de análisis estadounidense Pew Research Center. El informe muestra que los musulmanes rechazan mayoritariamente los atentados suicidas, salvo en los territorios palestinos, y que se ha reducido el apoyo a Osama Bin Laden. Tras entrevistar a 45.000 personas en 47 países, se concluye que la mayor preocupación en Oriente Próximo es la tensión entre suníes y chiíes.
En Líbano, Jordania, Pakistán e Indonesia, el porcentaje de musulmanes que apoyan los ataques suicidas contra civiles ha descendido más de la mitad desde 2002. En Gaza y Cisjordania, el 41% de los entrevistados sigue apoyando este tipo de atentados mientras el 29% dice que en algunos casos sí está justificado. Los chiíes, rama minoritaria en casi todos los países musulmanes, se muestran mucho más partidarios de las acciones suicidas que las mayorías suníes.
En Oriente Próximo el problema más preocupante es el enfrentamiento entre chiíes y suníes. Los países de la zona consideran que se trata de una tensión que no se limita sólo a Irak y que es la principal amenaza para el mundo islámico. En los Estados de mayoría musulmana lejos de Oriente Próximo, se cree que el peligro se reduce sólo al contexto iraquí.
Tras los ataques del 11-S, Bin Laden se convirtió en un símbolo para muchos jóvenes en los países musulmanes. El apoyo para el jefe de Al Qaeda se ha reducido significativamente en los últimos cuatro años. Así, en Jordania, donde en 2003 tenía un apoyo del 56%, ahora sólo le defiende el 20%.
Mientras desciende el apoyo a Bin Laden emerge la figura de uno de sus principales enemigos: el rey Abdalá de Arabia Saudí. El monarca de la casa de Saud obtiene unos resultados espectaculares entre sus países vecinos al tratar de forjar un frente común árabe sin fisuras ante Israel. Abdalá mejora todos sus apoyos con respecto a 2003 menos en Israel y en Turquía.
El grupo chií Hezbolá y su líder, Hasan Nasralá, son vistos con buenos ojos en el mundo musulmán, sobre todo tras la guerra del año pasado contra Israel. Y este apoyo no se basa sólo en las minorías chiíes; también los suníes tienen opiniones positivas de la milicia libanesa. Pero la historia es muy diferente en Líbano. Un 64% de los libaneses tiene una visión negativa del grupo proiraní, al que hacen responsable de la tensión política que vive el país.
Los ciudadanos entrevistados en Egipto, los territorios palestinos, Jordania, Marruecos y Kuwait muestran mayoritariamente su simpatía por Hezbolá. Resultados parecidos y en los mismos países obtienen los islamistas palestinos de Hamás.
En Latinoamérica, la economía de mercado cuenta con un apoyo favorable en la mayoría de los países encuestados en la zona: Venezuela, Brasil, Chile, México, Bolivia y Perú. En Argentina la mayoría se decanta contraria a este sistema económico.
Un dato significativo es que el 68% de los seguidores de Hugo Chávez también apoya la economía de mercado pese a las críticas constantes del presidente de Venezuela al sistema capitalista. Chávez se sitúa entre los líderes menos populares en Latinoamérica junto a Michelle Bachelet, la presidenta chilena. Las opiniones se muestran más divididas en los casos del presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, y del líder cubano, Fidel Castro. El informe completo, que apunta al crecimiento económico como un factor clave para la felicidad, se puede leer en www.pewresearch.org/.
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