El metro ya para en Marqués de Vadillo
La rotura de un colector en mayo obligó a cerrar la estación
Once y media de la mañana. Interior del tercer vagón de un tren de la línea 5 de Metro (Alameda de Osuna-Casa de Campo). A la altura de la estación de Vista Alegre. Una treintena de pasajeros. Suena una voz ronca por los altavoces. "Por avería, el servicio no se presta con normalidad entre Marqués de Vadillo y Casa de Campo". Son nueve paradas afectadas. Una de ellas, la que acaba de reabrirse esta misma mañana, la de Marqués de Vadillo. Ha vuelto a funcionar tras más de dos meses sin servicio por los daños debidos a la rotura de un colector que inundó el vestíbulo y los andenes. Una de sus dos entradas sigue cerrada y en los pasillos faltan arreglos que se completarán en horario nocturno.
Dos minutos después del aviso, el tren se para. Cuatro minutos. Nadie se inmuta en el vagón. Un joven duerme, una chica escucha su iPod. Sólo una señora mira su reloj, hace un mohín y vuelve a su revista. Pasan cuatro minutos y el tren arranca de nuevo. Apenas unos metros después, otro aviso. El señor de voz ronca es algo más explícito. La avería es "de las señales". El tramo afectado, el mismo. Nueva parada de dos minutos en los túneles.
En la estación de Marqués de Vadillo, los trenes vuelven a parar desde ayer, cosa que no habían hecho desde el 22 de mayo. En las últimas cuatro semanas, los usuarios disponían de un autobús gratuito hasta la estación de Pirámides. Como Manuel Carral, un abuelo "encantado" con el nuevo aspecto de la estación, aunque tiene quejas. "El primer día y ya hay retrasos, me han tenido 15 minutos esperando en el andén, menuda inauguración", asegura.
"Faltan cosas, ¿no?"
A Marcela Stan, una usuaria rumana de 31 años, le viene de perlas para sus dos viajes semanales por la línea 5. Se acabó el autobús o los 10 minutos de caminata desde Pirámides. Le gusta el resultado. "No ha quedado mal, pero le faltan cosas ¿no?", dice mientras señala la esquina de una pared que está sujeta con cinta aislante.
Los fallos en las señales que se produjeron ayer "no tienen nada que ver con las obras de reforma", según explicó después Juan Pablo Alonso, director de Arquitectura, Obra Civil y Patrimonio de Metro. Alonso justificó lo que falta de la obra. Los pasillos que conducen a la salida están sin revestir. "Hemos intentado trabajar rápido para reponer el servicio lo antes posible", aclaró. Entre 16.000 y 17.000 usuarios entran en la estación de Marqués de Vadillo a diario, según Alonso.
"Los trabajadores concluirán los remates que faltan por las noches, para no afectar al servicio ni a los viajeros", afirmó el directivo de Metro. La salida del metro de Marqués de Vadillo que está cerrada se ha destinado a almacén del material que aún falta por colocar. Seguirá así "un mes y pico más". La intención de Metro es tener la estación totalmente lista en otoño, para la vuelta de las vacaciones. La reforma ha costado 2,4 millones de euros. Un tercio de ese dinero se ha destinado a mejorar el sistema de saneamiento para evitar nuevas inundaciones. Otro tercio se destinó al revestimiento de la estación, según Alonso, y el resto para mejorar el sistema eléctrico.
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