La solidaridad de Rodrigo Uría

La muerte de Rodrigo Uría significa una pérdida muy significativa. La sociedad española pierde una personalidad que la honra, se trata de esos ciudadanos que prestigian al país al que pertenecen. Es sabida su actividad anti-franquista, su papel como jurista, en el mundo del arte.

En esta breve carta queremos referirnos a su solidaridad ante la pandemia del VIH/sida. En los años ochenta, cuando alguien cercano a él contrajo la enfermedad, no dudó en apoyarlo como también a otros afectados, en una época en la que la tendencia era mirar para otro lado, cuando el sida era una enfermedad invisible, cuando hablar del sida podía implicar suspicacias, rechazo. En los noventa Rodrigo Uría se incorporó al patronato de la Fundación Anti-Sida España (FASE), poniendo su prestigio al servicio de la Fundación y no fue ajeno a que la Casa Real aceptara ocupar la presidencia de honor de FASE, todo un "paraguas" en circunstancias tan difíciles, cuando predominaba la discriminación, la ignorancia. Ahora es más fácil "dar la cara", pero conviene escribir que aún se trata de un problema que no está normalizado.

Nos interesa recordar la solidaridad de Rodrigo Uría para con afectados del VIH/sida y ONGs. Hay personas que dejan una huella profunda, que enriquecen eso que se llama condición humana.