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Entrevista:GÜLSEREN ONANÇ | Presidenta de la Asociación de Empresarias de Turquía

"Nuestro destino es Europa o el caos"

Juan Carlos Sanz

"Turquía está dividida entre el islamismo y el nacionalismo, pero éste último es ahora el principal peligro. No creo que [el primer ministro turco, Recep Tayyip] Erdogan tenga una agenda oculta para imponer por la fuerza la ley coránica, mientras que algunos partidos intentan hacernos creer que es más importante el laicismo que la democracia", asegura Gülseren Onanç, de 42 años, presidenta de la Asociación de Empresarias de Turquía, en el despacho de su compañía de venta de entradas de espectáculos por teléfono e Internet en Estambul. Educada en Estados Unidos, Onanç, que se independizó después de haber trabajado para grandes corporaciones multinacionales, es un claro ejemplo del dinamismo de la economía turca, a pesar de los continuos sobresaltos políticos. Su asociación forma parte de la emergente red de organizaciones que las mujeres están impulsando en Turquía, en un cambio social sin precedentes en los países islámicos.

"Los partidos laicos se han radicalizado hacia el nacionalismo y esgrimen la amenaza del terrorismo en las regiones kurdas, mientras los islamistas han ocupado el centro social con un programa de crecimiento económico para volver a ganar las elecciones", analiza Onanç, preocupada también por la baja presencia de las mujeres en la política turca. "En el Parlamento saliente había apenas un 5% de diputadas, aunque esperamos que a partir del domingo se alcance el 10%. Nuestra representación se va a duplicar, pero seguirá sin reflejar al 50% de la sociedad turca y al 25% de la población activa".

Turquía sufre, a su juicio, del mal de la "discriminación del ciudadano". "Necesitamos reformar la Constitución para crear una ciudadanía turca en la que todos tengan cabida, al margen de sus sentimientos religiosos, sus ideas o su identidad cultural", precisa. "Por ejemplo, no es aceptable que en los documentos de identidad de los turcos siga figurando la religión que profesan".

Onanç cree que la tensión política amenaza gravemente la estabilidad de su país. "Los debates entre familiares y amigos son cada vez más crispados. Yo sólo tenía 15 años cuando se produjo el golpe militar de 1980. Ahora siento cómo vuelven a chocar las ideas diferentes, irreconciliables, por el uso del pañuelo o la cuestión kurda". Gülseren Onanç, cuya familia procede del este del país, es testigo de cómo las enriquecidas clases medias de Anatolia, con firmes creencias religiosas, están desplazando del poder a las élites laicas tradicionales de Estambul. "Se les ha penalizado durante décadas, y quieren demostrar que son iguales. Los alumnos del interior del país han obtenido este año las mejores calificaciones en el examen nacional de selectividad", destaca. En Turquía sólo hay una plaza en las universidades públicas por cada 10 aspirantes.

"El nuevo Gobierno de Erdogan tendrá que tender puentes dentro de la sociedad y para ello no queda más remedio que profundizar en la democracia. La economía es su fuerza real, con un resultado brillante, sobre todo para las pequeñas y medianas empresas", reconoce la presidenta de las empresarias turcas. "Turquía es un país repleto de minorías que aún se sienten discriminadas. Nuestro destino es Europa o el caos, a pesar de que la islamofobia de algunos líderes europeos siga poniendo palos en nuestra rueda y del autodestructivo elitismo de los nacionalistas turcos, que siguen sin aceptar cambios que ya se han producido".

Gülseren Onanç.
Gülseren Onanç.

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Sobre la firma

Juan Carlos Sanz
Es el corresponsal para el Magreb. Antes lo fue en Jerusalén durante siete años y, previamente, ejerció como jefe de Internacional. En 20 años como enviado de EL PAÍS ha cubierto conflictos en los Balcanes, Irak y Turquía, entre otros destinos. Es licenciado en Derecho por la Universidad de Zaragoza y máster en Periodismo por la Autónoma de Madrid.

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