"El arte textil tiene la carga de estar vinculado a la mujer"
Iratxe Larrea (Bilbao, 1972) crea sus esculturas con telas e hilos, con los que, dice, ha encontrado la mejor forma de expresarse. El arte textil ha sido también el objeto de la investigación de su tesis doctoral, en la que ha seguido la pista de artistas como Louise Bourgeois, Ana Laura Aláez, Jana Sterbak y Joana Vasconcelos, entre otras. Licenciada en Bellas Artes, ayer leyó ayer su tesis doctoral El significado de la creación de tejidos en la obra de mujeres artistas, que mereció la calificación de sobresaliente cum laude.
Pregunta. ¿Qué le llevó a acercarse a la teoría del arte textil?
Respuesta. Yo he investigado sobre lo que estoy haciendo: la mujer en el arte, lo textil en el arte, el conflicto entre arte y artesanía.
"El arte era considerado cosa del hombre blanco occidental; fuera de ahí, todo era visto como artesanía"
P. ¿Ha encontrado respuesta a ese conflicto?
R. La idea general es que catalogar algo como arte o artesanía tiene que ver con el objeto en sí. Pero no es así. Los objetos artísticos se han determinado porque en cada época han respondido a una teoría de arte. Si se consideraba que el arte imitaba a la realidad, los objetos que se parecían a la realidad eran arte. Si en el siglo XVII haces un picasso o una escultura de Serra, no sería considerado arte. En otro momento se valora que sea la expresión de algo. Hoy día se han mezclado las teorías, la confusión sigue porque la gente piensa que el arte es algo objetivo, atemporal, que no tiene género. Eso no es verdad. Tiene más peso la teoría institucional del arte. ¿Quién determina qué es arte? Las infraestructuras que está alrededor: museos, críticos, galeristas, instituciones. Lo que se valora en la obra es el discurso de la obra y su presentación en un contexto de arte, que haga referencia a la historia del arte, que esté en relación con otros objetos de arte y que esté aprobado por las instituciones del arte. Y luego está la consideración de que arte era una actividad masculina. El arte era cosa del hombre blanco occidental; fuera de ahí, todo era visto como artesanía.
P. ¿Las obras textiles lo tienen más difícil para entrar en el circuito del arte?
R. El textil y todas las técnicas consideradas artesanas. Los materiales nobles del arte han sido el mármol, la piedra, la pintura; a principios del siglo XX se introdujeron otros materiales. El arte textil tiene la doble carga de ser considerado una artesanía y estar vinculado a la mujer. En los años 60 los artistas, sobre todo las feministas, empezaron a experimentar con textiles. Por ejemplo, Jann Haworth comentaba que lo textil le resultaba cercano como mujer.
P. Usted es 30 años más joven, ha tenido otra educación. ¿También le resulta cercano?
R. Yo empecé la tesis porque las piezas que realizaba me hacían ser consciente de mis propios intereses. También veía que otras mujeres artistas hacían obras textiles. Me preguntaba porqué ocurre en un momento en que ser ama de casa y lo que tiene que ver con el hogar es considerado lo contrario al éxito profesional.
P. ¿Cómo se atrevió, entonces, a entrar en ese campo?
R. Yo hago lo que me sale. Yo soy fiel a eso. Creo que hacer textil no me favorece, porque todavía funcionan los prejuicios, y el textil no resulta moderno. No es videoarte, no es instalación. Pero yo quería indagar en por qué las mujeres artistas se vuelcan en algo tradicional, ancestral, cuando no se identifica además con el éxito. Y por qué me ocurría a mí.
P. ¿A qué conclusión ha llegado?
R. Creo que se vuelve porque, en la carrera por equipararnos al hombre en lo laboral, hemos perdido algo de la esencia femenina. Lo textil tiene que ver con lo doméstico, con lo cotidiano, con mirar hacia dentro.
P. ¿Y por qué lo considera moderno?
R. Es un asunto que no me preocupa mucho. Lo que me interesa es que la obra de arte comunique algo, que contacte con la persona que la ve.
P. ¿Qué ayuda más al reconocimiento de las mujeres artistas, los estudios teóricos o su presencia en el circuito del arte?
R. Supongo que la presencia de las obras en galerías, museos, instituciones. Los estudios están bien para dar a todo eso una base teórica, un asentamiento más fuerte.
P. ¿La investigación realizada para la tesis revierte en su obra?
R. El estudio teórico me permite ser mucho más consciente de mi obra, situarla históricamente, ver de dónde surge. Quería saber más sobre la situación de la mujer en el arte. Además, me ha ayudado a aclarar qué me aporta el acto de coser. Es un medio que he elegido porque tiene un ritmo determinado, que me facilita la concentración y canalizar una energía. Y a seguir adelante con la escultura, que no es poco.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.