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Reportaje:

Guerra al mosquito 'tigre'

Municipios del Vallès se movilizan contra la proliferación del insecto, cuya picada es muy dolorosa

El mosquito tigre (Aedes albopictus), el insecto procedente del sureste asiático cuyas picaduras son especialmente dolorosas, llegó a Cataluña en agosto de 2004. Desde entonces, los municipios más afectados, entre ellos Sant Cugat y Cerdanyola (Vallès Occidental), han lanzado distintas campañas para hacer frente a un enemigo, pequeño y ágil, de rayas blancas y cuerpo esbelto, que en algunas zonas se ha convertido en una auténtica plaga.

Cerdanyola ha optado por contratar una empresa para que visite las zonas más afectadas e informe a la población sobre cómo plantar cara al tan temido insecto. En una medida más, el año pasado este municipio aprobó una ordenanza que prevé sanciones (las multas pueden llegar a 600 euros) para los que favorezcan la proliferación del insecto. Neus Tusell, de la empresa Argelaga Serveis Ambientals, es una de las técnicas que se dedica a ir a las casas, residencias para gente mayor, casals de verano y guarderías, con el objetivo de informar sobre cómo evitar que patios y jardines se conviertan en un nido de larvas de futuros mosquitos tigre. "Este año, de momento, se han recibido pocas llamadas, unas 20, alertando sobre posibles focos en casa propia o del vecino", relata Tusell. Y es que lo peor está por venir. "No es hasta finales de agosto y principios de septiembre, o después de los días de lluvia, cuando la especie prolifera", puntualiza la técnica. El agua es el hábitat de las larvas: "Es importante que la gente entienda dónde se cría el mosquito para eliminar los posibles focos", asegura. Neumáticos, ceniceros o macetas con agua estancada son sitios ideales para las larvas. Por eso, las plagas acostumbran a concentrarse en las urbanizaciones, donde abundan las casas con jardín.

Otro municipio del Vallès que el año pasado se vio sacudido por los mosquitos tigre es Barberà. En este caso, se ha optado por una campaña puerta a puerta. Lo mismo que en Sant Cugat, donde la campaña contra el mosquito tigre empezó ya en marzo. Un equipo de cinco mujeres, cuatro informadoras y una coordinadora, visitan una media de 250 casas por semana. Su tarea consiste en informar sobre las características del insecto y qué hacer para evitar focos. El ciudadano que lo solicite también puede pedir que le hagan una inspección en casa.

Desde 2004, el mosquito se ha extendido al Vallès Occidental, Baix Llobregat, Barcelonès y Garraf. La previsión es que, tarde o temprano, se extienda por Cataluña y por el resto de las comunidades autónomas.

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