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Rabat comienza a tramitar más de 800 expedientes para repatriar a sus menores

"No podemos seguir teorizando", afirma Tarik Lourajri, cónsul en Andalucía occidental

Javier Martín-Arroyo

La repatriación de los menores marroquíes que cruzan el Estrecho comenzará en breve. Así al menos lo aseguran las autoridades del país vecino tras años de promesas incumplidas y una creciente saturación que colapsa los centros de acogida andaluces. Marruecos ha comenzado a tramitar los 880 expedientes pendientes y afirma que esta vez cumplirá su compromiso, porque parte de dichos expedientes proviene de familias pudientes que garantizan la tutela de los menores, tal y como asegura la Junta. "No podemos seguir teorizando", avisa el cónsul en Andalucía occidental, Tarik Lourajri.

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La gran pregunta es saber si esta vez Rabat pasará a la acción. Tras la novena Reunión Hispano Marroquí celebrada en Toledo hace una semana, todo han sido buenas palabras. Pero las anteriores cumbres están plagadas de promesas incumplidas, y mientras que desde Andalucía no han sido repatriados menores durante el último lustro, los menores retornados durante el pasado año en todo el país no superaron el centenar. La semana pasada las autoridades del país vecino se han esforzado en transmitir buena voluntad y optimismo para desbloquear las repatriaciones.

"Vamos a entregarnos de lleno a esta causa", avanzó el cónsul Lourajri, que considera que la situación ha dado un vuelco respecto a años anteriores: "Es la primera vez que las autoridades andaluzas hablan de familias con medios económicos positivos para el niño. Empezaremos con las familias en buenas situaciones, y si podemos confirmar que no son familias miserables y el niño se puede educar en condiciones en Marruecos, procederemos a repatriar", asegura. Hasta ahora, Rabat se ha escudado en que su prioridad era defender los derechos del menor ya que las familias no garantizaban su tutela. De ahí el inmenso atasco de expedientes acumulado en los consulados.

La Junta ha sumado 880 expedientes de menores que incluyen los datos de las familias necesarios para tramitar su repatriación. El Gobierno regional quiere creer que la solución a esta situación, cada vez más explosiva, está cerca. La consejera de Igualdad y Bienestar Social, Micaela Navarro, derrochó optimismo en Toledo: "Es la primera vez que Marruecos verbaliza cuál es la situación, e incluso habla de las medidas que tienen que adoptarse, que además coinciden con nuestra visión". Navarro estima que ya no quedan excusas para ignorar la situación mientras los centros de acogida superan el millar de muchachos: "El cónsul de Marruecos no negó que las familias de los menores estuvieran localizadas, ni tengan contacto con ellas, por lo que sólo queda esperar a que se verifiquen los expedientes y se proceda a la reagrupación familiar".

La Convención de los Derechos de los Niños de 1989 protege los derechos de estos menores por encima de las fronteras entre países, y las soluciones son complejas, pero parece que ambas partes apuestan por potenciar los centros de menores ubicados en Marruecos siempre que contemplen la formación profesional de los adolescentes, que en ocasiones no superan los 13 años. Sin embargo, la Junta ha recordado que la construcción de nuevos centros en el país vecino corresponde al Ministerio de Trabajo.

Lourajri ve la iniciativa con buenos ojos: "Siempre dijimos que es una buena alternativa, aunque hay que implicar a Bruselas. Si la solución está en Marruecos y esto frenara la llegada, es buena aunque las ONG tengan reparos". Navarro pone condiciones y se opone al trasvase de menores por el Estrecho: "Me niego a que la solución pase por trasladar a los menores de centros de acogida españoles a otros marroquíes", aclaró. El PP considera que la situación de colapso de los centros es "insostenible" y ha demandado la construcción de nuevos centros que afronten estas llegadas.

Mientras, otros 29 menores llegaron la pasada semana a las costas de Almería en dos pateras, y la Junta tuvo que acondicionar el antiguo cocedero de marisco del puerto de Almería. Y es que las avalanchas no entienden de diplomacia.

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Sobre la firma

Javier Martín-Arroyo
Es redactor especializado en temas sociales (medio ambiente, educación y sanidad). Comenzó en EL PAÍS en 2006 como corresponsal en Marbella y Granada, y más tarde en Sevilla cubrió información de tribunales. Antes trabajó en Cadena Ser y en la promoción cinematográfica. Es licenciado en Periodismo por la Universidad de Sevilla y máster de EL PAÍS.

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