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AL VOLANTE | PRUEBA
Columna
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Poderío en todo

El A5 entra por los ojos y convence cuando se conduce. Es un deportivo seductor con la clase de las marcas de prestigio y el carácter de los cupés. El interior, inspirado en el A4, ofrece un diseño cuidado y un buen puesto de conducción incorpora avances como el freno de mano automático o la llave electrónica, que se introduce en una ranura para arrancar, y sobre todo aporta una gran calidad mecánica para disfrutar sus cualidades con seguridad.

Un turbodiésel espectacular

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Poder de seducción

El nuevo Audi estrena la última evolución del 3.0 V6 TDi, ahora con 240 CV y nada menos que 500 newtons / metro de par (fuerza de empuje). Monta un cambio manual de seis marchas y tracción Quattro de serie, y aunque parece redundante resaltar el imparable avance de los turbodiésel, en este caso está muy justificado, porque, a pesar de no tener una cilindrada muy alta, las prestaciones son impresionantes: acelera de 0 a 100 km/h. en 5,9 segundos, casi como un superdeportivo, y alcanza 250 km/h. (velocidad autolimitada).

Pero tan importantes como las cifras son las sensaciones, y el A5 responde con una contundencia imparable que permite conducir a cualquier ritmo y adelantar con gran seguridad sin apenas reducir. Así, responde con fuerza desde 1.500 vueltas, empuja con poderío entre 2.000 y 4.400 e incluso por encima, aunque no hace falta. Y combinado con un cambio rápido y preciso, y un tacto tan exquisito que cuesta notar que es un diésel, reúne todo para disfrutar al volante. Las virtudes se completan con consumos moderados: gasta unos siete litros en conducción suave y sólo llega a 10 en ciudad y apurando mucho las marchas.

Conducción fácil, eficaz y segura

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El A5 estrena una nueva suspensión de Audi y, con el apoyo de unos ejes muy anchos y un chasis muy rígido, ofrece un comportamiento sobresaliente. En España viene de serie con la suspensión deportiva, que aporta un buen compromiso entre estabilidad y confort y es idónea para nuestras carreteras y para disfrutar al volante. Pero se ofrece otra opcional, más blanda y sin cargo, que prima más la comodidad.

La primera, de recorridos cortos, filtra bien los baches y permite viajar sin cansar. Y aporta una estabilidad sobresaliente en todos los trazados, sean rápidos o virados, con buen piso o bacheados.

El A5 transmite siempre sensación de solidez y consistencia, parece que va soldado al asfalto y tiene siempre unas reacciones nobles, estables y seguras que dan confianza y convierten la conducción en un placer. Obedece al volante al instante, balancea muy poco y muestra una eficacia impecable en las curvas. Pero lo mejor es que es muy fácil de conducir. y que tanto la tracción Quattro como los frenos, ABS y ESP trabajan en armonía para garantizar la seguridad. Un cupé eficaz y seguro que permite disfrutar su calidad a cualquier ritmo y a todo tipo de conductores.

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