Alarma ecológica en Ibiza por el hundimiento de un buque con 150 toneladas de fuel a bordo
A una milla de las más conocidas playas de Ibiza y de los arenales y praderas submarinas de posidonia del parque natural de Ses Salines, se hundió en la madrugada de ayer el mercante Don Pedro, con 150 toneladas de fuel en sus depósitos de combustible. Barcos de salvamento lanzaron de inmediato barreras mecánicas y químicas para frenar la dispersión de posibles vertidos contaminantes. La nave naufragó al embestir contra un islote señalizado ante la bocana del puerto de Ibiza. Fue un error humano y así lo reconoció la naviera propietaria, Iscomar, que se anuncia en su web como "compañía de precios bajos del sector de pasaje".
La colisión causó una gran brecha en el casco, cerca de la proa y abrió una vía de agua que inundó las bodegas, escoró la nave e impidió una maniobra de rescate y remolque. Los 18 tripulantes y dos pasajeros se lanzaron en la oscuridad con urgencia al mar ante el inminente hundimiento y fueron rescatados sin que sufrieran mayores daños. El buque, de 143 metros de eslora, construido en 1983, se hundió en apenas media hora y reposa a 50 metros de profundidad. Cubría una ruta entre Ibiza y Valencia, transportaba varias decenas de coches y un centenar de contenedores de carga vacíos.
La mancha de fuel alcanza un kilómetro de largo. Algunos restos de fuel llegaron hasta el Club Náutico de Ibiza, a más de dos millas del lugar donde se hundió el buque, aunque Salvamento Marítimo asegura que el vertido está controlado. De acuerdo con el plan nacional de contingencias por contaminación marítima, ayer se puso en marcha un operativo de emergencia para evitar una fuga de fluidos contaminantes al mar, las costas cercanas y frenar una posible catástrofe ecológica en la zona, con serias consecuencias para la actividad turística y el entorno -los fondos de posidonia de Ibiza y Formentera son Patrimonio de la Humanidad-.
Los equipos especializados comprobaron en las inspecciones iniciales del casco que las primeras manchas de vertido que se desparramaron en el agua procedían de dos grietas de los tanques del buque. Ambas están ya selladas, según aseguró ayer la directora general de Salvamento y Seguridad Marítima, Pilar Tejo. El pecio no estorba al tráfico marítimo, en una de las rutas de cabotajes y turísticas más frecuentadas del Mediterráneo.
El naufragio ocurrió poco después de que abandonase la nave el práctico del puerto, el experto oficial que tutela las maniobras de atraque y salida de los buques. La hipótesis principal, según indicaron fuentes del puerto de Ibiza, es que en el puente de mando, por error, marcó un rumbo inicial en el piloto automático destino Palma. Al verificar la equivocación se viró hacia la ruta de Valencia, sin percatarse de que enfilaban directamente contra el islote Es Dau gran, un peñasco sito a una milla del litoral. No hubo tiempo para un segundo cambio de rumbo.
El barco hundido está cerca del litoral playero de Ses Figueretes, Platja d'en Bossa y Talamanca, repleto ya de visitantes. Los grupos ecologistas de Ibiza manifestaron ayer su alarma ante la posibilidad de que se produzcan vertidos de chapapote en la zona. La ministra de Fomento, Magdalena Álvarez, suspendió un viaje internacional para seguir directamente las operaciones, que coordina la Administración central. Las unidades anticontaminación están encabezadas por el barco remolcador Clara Campoamor. Equipos navales y terrestres, así como un helicóptero, se desplazaron desde A Coruña, Castellón y Almería. El instituto científico Imedea del CSIC y el Centro Meteorológico evalúan las corrientes y los vientos del área.
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