El TNC estrena una obra que versiona con óptica homosexual 'La importancia de llamarse Ernesto'
Mark Ravenhill (West Sussex, 1966), uno de los dramaturgos británicos contemporáneos, tomó La importancia de llamarse Ernesto, de Oscar Wilde, para una de sus obras. El resultado es una mirada poco amable sobre el mundo de la homosexualidad en la que una pareja de gays y otra de lesbianas se ponen de acuerdo para tener un hijo, al que luego serán incapaces de cuidar de manera apropiada. El director catalán Josep Maria Mestres lleva ahora a escena la versión catalana de esta pieza, El maletí o la importància de ser algú, por la que desfilan prostitutos, criadas victorianas y hasta teletubbies. El espectáculo podrá verse en la Sala Petita del Teatre Nacional de Catalunya (TNC) desde hoy hasta el día 19, en el marco de la programación del Grec.
El maletí... intercala dos contextos temporales, la época victoriana y la actualidad. Arranca 30 años antes de La importancia de llamarse Ernesto, justo en el momento en que nace el protagonista de la obra de Wilde, y en ella recalan algunos de los personajes de su famosa pieza. Paralelamente, y en nuestros días, nace el hijo concebido por deseo de una pareja de hombres y otra de mujeres. "La obra habla del comercio sexual y de la necesidad de amor que todos tenemos. Nos encontramos con el Ravenhill de siempre, el de la poesía de la desesperación, muy lúcido", señala el director.
Antes de este espectáculo, Mestres ya se había adentrado en la dramaturgia de su coetáneo británico. En 2001 dirigió Unes polaroids explícites, que tuvo entre sus espectadores al propio Ravenhill. "Entonces me dijo que aquella obra era muy triste, y ésta también lo es", reflexiona el director, cuyo último montaje es justamente una obra de Wilde, la exitosa El ventall de lady Windermere, también en el TNC. El maletí... nace como una comedia para ir desembocando en territorios mucho más oscuros, con un lenguaje que también lo es y unas imágenes no exentas de crudeza. El espectador será advertido de la posibilidad de que la función hiera su sensibilidad. "Yo tengo dos líneas de trabajo: una más amable, como El ventall, y otra más dura", precisa Mestres.
Isaac Alcalde, Llum Barrera, Biel Durán, Tilda Espulga, Oscar Molina y Anna Ycobalzeta son los actores de este montaje. Salvo Durán, todos doblan personaje, y se enfrentan a la esquizofrenia de alternar de rol en las distintas escenas. El vestuario y la peluquería son las dos herramientas externas que se utilizan para marcar las diferencias de época.
Tras su paso por el Grec, la obra se verá en castellano en el Festival de Otoño de Madrid.
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