Alfombra roja entre rejas
Los presos que intervienen en el filme 'Septiembres' lo presentan en la cárcel
El avión estaba en la pista, a punto de despegar. Norma García vio acercarse decenas de coches patrulla. Esta camarera mexicana asegura que acababa de hacerle un favor a un amigo de un amigo: "Sólo tienes que facturar esta maleta a tu nombre; si no, tendré que pagar más por sobrecarga", le dijo. García cuenta que aceptó. "¿A por quién vendrán todos esos policías?", se preguntó, una vez sentada en el avión. "Venían a por mí".
"Me gustó la fuerza con la que dedican una canción a las personas que quieren", dice Carles Bosch
Procesada por tráfico de drogas, García cumple condena en la cárcel madrileña de Soto del Real, donde ayer pisó una alfombra roja por primera vez en los últimos cuatro años. Junto a ella desfilaron los otros intérpretes de Septiembres, documental que el cineasta Carles Bosch rodó entre esa prisión, la de Valdemoro y la de Picassent, en Valencia. Arturo, Rudolf, Aurora, Fortu y José Antonio Martín Gardoqui, ex batería del grupo Burning, asistieron ayer al preestreno de la película en que comparten la misma ilusión: ganar el festival de la canción que, todos los años, en septiembre se celebra en el centro de Soto del Real.
"Me gustó la fuerza con la que todos dedicaban una canción a las personas que quieren", comentó Bosch, que apuesta por mostrar la cara más corriente de la rutina carcelaria. "No he actuado en absoluto; simplemente, he hecho de mí misma", explicaba Fortu. "Lo que pasa en la prisión no es diferente de lo que ocurre en casa. Todos tenemos los mismos sentimientos, problemas parecidos", apuntó Mercedes Gallizo, directora de Instituciones Penitenciarias.
Amores, ausencias, decepciones. Y esperas interminables. Los actores ensayan, cantan temas de Sabina, de Ketama, Nacha Pop... Desde el 19 días y 500 noches hasta el No estamos locos o La chica de ayer, con la que concursó Gardoqui. ¿Cómo pasó? "En tu mundo se cruzan las drogas; al final pierdes el control y acabas aquí", cuenta el músico, que en la cárcel se enamoró de Fortu y a ella dedica su canción. Cuando la pusieron en libertad, pidió un traslado a Valencia para no perderla.
Ayer volvió para verse en la gran pantalla. Entre risas, largos silencios, aplausos, los intérpretes estuvieron arropados por decenas de internos de Soto del Real. La orquesta Big Band les acogió con un poco de música. "Esto parece Bollywood", comentaba Noemí Román González, ginecóloga de la cárcel. Ella asistió el embarazo de Estefanía Maestre, tras una existencia pasada intentando buscarse la vida entre las calles del Barrio Chino barcelonés. Se casó con Christian, preso latinoamericano, hace un año, en pleno rodaje. "Qué raro, no la veo entre el público", apuntaba Román. Estefanía no ganó el concurso, pero acaba de dar a luz. Ahora vive con su marido en el centro de Aranjuez.
Quien se volcó de lleno en el festival fue Arturo Jiménez. Condenado por tráfico de drogas, en la cárcel ha descubierto su talento. La música, "tocar la guitarra, cantar. Hasta he grabado dos maquetas en Valdemoro", comenta. "Y cuando salga me gustaría dedicarme seriamente al flamenco pop". Podrá hacerlo dentro de algunos años. Mientras, la espera; en muchos casos, "demasiado larga", denuncia el director. La intérprete que, en cambio, dentro de un año podría volver -si le conceden el tercer grado- a cantar delante de su familia será Norma García. "Ella siempre gana", comentan algunos reclusos. En realidad ha ganado dos veces. Con el dinero del premio ha podido pagar las matrículas de la carrera de Turismo. "Estoy a punto de terminar. Espero que me vaya bien; si no, otra vez a cantar", sonríe.
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