_
_
_
_
Reportaje:

La pantalla plana mató al tubo

Cierra Tecnimagen, el último fabricante de televisores convencionales

La pantalla plana ha matado al tubo catódico. Tecnimagen, el último fabricante de televisores de tubo catódico de Europa Occidental -las cajas convencionales de toda la vida, los aparatos que aún aguantan en en el 60% de los hogares españoles- cierra su planta de Sant Boi de Llobregat, en Barcelona.

La medida afecta a toda la plantilla, 135 personas, que ayer se concentraron unos minutos ante las puertas de la empresa que les ha dado de comer durante más de 40 años.

Cuando en 1994 Philips abandonó Tecnimagen, directivos y trabajadores tomaron las riendas

Tecnimagen está en números rojos desde hace dos años. Las pérdidas de 640.000 euros de 2005 se multiplicaron el año pasado, hasta los 13 millones de euros, según fuentes cercanas a la compañía, que ha eludidio hacer declaraciones. Aunque la calidad que ofrece el tubo sigue siendo hoy bastante superior a la tecnología LCD y al plasma, el mercado manda. Los consumidores venimos apostando en masa por la pantalla plana, que da una guapa imagen de modernidad y, sobre todo, ocupa mucho menos espacio. En tiempos de micropisos, arañar centímetros se convierte en algo vital.

"No ha tenido la tecnología ni los recursos económicos suficientes para poder llevar a cabo la migración de tecnología, pero nadie podrá decir que no lo intentaron", se lamentaba ayer un directivo del sector. Tecnimagen ensayó una suerte de transición hacia la pantalla plana hace un par años, con la importación de aparatos de China y su posterior ensamblaje en Barcelona. Pero el plan no ha dado sus frutos, como tampoco el intento de diversificar su actividad hacia las placas solares.

El coste de importar televisores no se compensa con los precios de venta, que bajan un 25% cada año. Incluso Sony y Sharp, los únicos fabricantes de televisores de pantalla que quedan en España, empiezan a tener dificultades para mantener sus producciones en Barcelona, ante filiales de sus respectivos grupos ubicadas en europa del Este.

El cierre de Tecnimagen se suma al reciente ocaso de otros fabricantes de televisores en suelo español, como Samsung, en 2004, y Sanyo, hace un año, en Tudela (Navarra).

El fabricante de televisores de Sant Boi de Llobregat, en el tradicional cinturón obrero de Cataluña, es el último vestigio de la presencia manufacturera de Philips en España, tras los cierres de Barayo (la antigua de Miniwat), el cese de la actividad en Lámparas Z y el cerrojazo de una fábrica de bombillas, las tres en la provincia de Barcelona.

En 1994 y fruto de un proceso de reestructuración mundial, la multinacional holandesa se desprendió de la fábrica de Sant Boi. Un grupo de directivos de la empresa, liderados por Joaquín Badenas (presidente) y alentados por un grupo de trabajadores (propietarios del 27% del capital), cogieron las riendas de la empresa. Los inicios no fueron fáciles. Se negoció con Philips un plan de choque conjunto que le comprometía a adquirir 600.000 televisores en tres años y a la cesión de su tecnología y patentes a cambio de que el nuevo equipo gestor asumiese parte de la plantilla y garantizase la viabilidad del negocio.

Diez años después, Tecnimagen había duplicado la producción, hasta alcanzar casi el millón de unidades. Hoy, tiene previsto comunicar sus planes de cierre a los sindicatos, que no decartan un concurso de acrredores (la antigua suspensión de pagos), ante la situación financiera de la empresa, sobre cuyos activos pesa una hipoteca de 5,5 millones de euros.

Fachada de la empresa Tecnimagen, de Sant Boi de Llobregat (Barcelona), ayer por la tarde.
Fachada de la empresa Tecnimagen, de Sant Boi de Llobregat (Barcelona), ayer por la tarde.MARCEL·LÍ SÁENZ

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_