El Golfo de Vizcaya contará en 2008 con un sistema oceanográfico transfronterizo
El proyecto Lorea informará de temporales, vertidos y facilitará la gestión de las playas
Las instituciones vascas y de los Pirineos Atlánticos, en colaboración con los centros tecnológicos Azti-Tecnalia y Lyonnaise des Eaux, se han propuesto crear un sistema oceanográfico transfronterizo para el Golfo de Vizcaya. El proyecto denominado Lorea arrancará en 2008 y ofrecerá información detallada sobre la situación del mar en la franja que va desde Mutriku hasta Capbreton. El nuevo sistema permitirá predecir temporales, localizar y paliar vertidos o gestionar anticipadamente la calidad de las playas. Lorea está a la espera de recibir el visto bueno de la UE.
El proyecto Lorea será una suerte de servicio meteorológico aplicado exclusivamente al medio marino. Del mismo modo que Euskalmet ofrece a diario información sobre la predicción del tiempo, las temperaturas o la dirección de los vientos, Lorea divulgará las previsiones de corrientes marinas, temperatura y salinidad del agua o la fuerza del viento en el mar, entre otras variables.
La iniciativa ha partido de la Diputación de Guipúzcoa y el Consejo General de los Pirineos Atlánticos, a los que se han sumado otras instituciones y organismos, como el Gobierno vasco, la Universidad Pays de l'Adour, el sindicato mixto Kosta Garbía, el Conseil des Élus, Ifremer y el Cedre. Como socios tecnológicos, encargados de desarrollar las aplicaciones tecnológicas figuran el Instituto Azti-Tecnalia y, en el lado francés, Lyonnais des Eaux, un consorcio de aguas instalado en San Juan de Luz.
Tras cerca de un año de trabajo conjunto, el proyecto será elevado a la UE, que podría incluirlo en su programa Interreg y aportar fondos económicos. La convocatoria europea se abrirá previsiblemente en septiembre próximo, con lo que Lorea podría comenzar a funcionar a comienzos de 2008. El coste del proyecto es de dos millones de euros y tendrá una duración de tres años. El objetivo es que, transcurrido ese plazo, "migre y perviva siendo acogido por un organismo público como la Agencia Vasca de Meteorología", explica Manuel González, de la unidad de Investigación Marina de Azti.
Con las posibilidades que ofrece hoy la "oceanografía operacional", este proyecto de investigación permitirá "crear aplicaciones informáticas" mediante las cuales se podrá saber "si se aproxima un temporal, si las temperaturas del mar van a ser anómalas y qué influencia tendrán sobre la pesca, si la visibilidad en los fondos marinos será buena, por ejemplo, para ver peces en la rasa de Algorri o qué condiciones se va a encontrar un buque que quiere entrar en Pasajes", enumera González.
Áreas de estudio
Los servicios que puede prestar Lorea, tanto a las instituciones concernidas como a los ciudadanos, incluyen aspectos tan variados y prácticos como la calidad del agua de las playas, la llegada de un vertido contaminante o el oleaje para los surfistas.
El proyecto oceanográfico abarca un área de 100 kilómetros cuadrados del Golfo de Vizcaya, un rectángulo marino que va desde el límite de costa de Guipúzcoa hasta Captebron, en el sur de las Landas. Todo este ámbito se ha dividido en siete áreas de estudio, de las que tres pertenecen a Guipúzcoa -Mutriku, Zarautz y Pasaia-, otras tres a la costa francesa -San Juan de Luz, Guetary y la desembocadura del río Adour- y una intermedia y compartida que abarca toda la bahía de Txingudi (Hendaya).
"Los socios científicos de este proyecto nos vamos a ocupar de transferir la información y las herramientas tecnológicas a las instituciones, que son los agentes tractores de este proyecto", explica Adolfo Uriarte, oceanógrafo y director de Mercado de la unidad Marina de Azti-Tecnalia. El instituto marino dispone de series anuales muy precisas sobre el comportamiento del mar en el Golfo de Vizcaya a partir de la información que de continuo está recibiendo desde siete estaciones océano-meteorológicas del Gobierno vasco repartidas en la costa vasca (Bilbao, Bermeo, Ondarroa, Getaria, Pasaia y Hondarribia) y de otras dos boyas de aguas profundas, ubicadas en Matxitxako y Pasaia a unos 500 metros de profundidad.
Toda esta información, junto con la que existe en el lado francés, se pondrá al servicio de Lorea. "Es una experiencia pionera de colaboración transfronteriza en el ámbito de la oceanografía", sostiene González. Las administraciones podrán hacer uso de ella y diculgarla a la ciudadanía, como ocurre en la actualidad en el ámbito meteorológico con el servicio Euskalmet.
Precisamente, Euskalmet podría ser el operador o el canal desde el que se ofrecería la información oceanográfica, según consta en la memoria del proyecto. El modelo previsto contempla ofrecer la situación del mar al instante y la previsión de los tres días siguientes. La comunicación se realizará en francés, castellano y euskera y será accesible desde Internet.
Seguridad en los arenales
Lorea, flor en euskera, lleva las iniciales de Litoral, Océano y Riberas de Euskadi-Aquitania. Nace con grandes expectativas, reconoce Juan Puebla, del Departamento foral de Desarrollo Sostenible, quien resalta la "magnífica colaboración y coordinación" existente entre todos los impulsores del proyecto, hasta once en total. Entre sus principales objetivos, además de los ordinarios sobre la mejora de la capacidad de medida y predicción de la situación del mar, Lorea prevé crear aplicaciones sobre la dispersión de los hidrocarburos, de residuos flotantes, la regeneración de las playas, la gestión preventiva de la calidad de las aguas de baño de los principales arenales, la dinámica de las poblaciones migratorias de peces y progresar en la estimación de la energía que podría obtenerse del oleaje.
Se dispondrá de instrumentos para "predecir la dirección de la deriva de manchas, por ejemplo, de hidrocarburos", con el fin de que no lleguen a la costa, subraya Manuel González. Los científicos tratarán de adelantarse y predecir la llegada de residuos flotantes a las playas el litoral, que en los últimos veranos han recibido grandes cantidades y resultado muy molestos para el baño.
El estudio del oleaje y las corrientes en zonas de playa, señala González, tienen una gran utilidad para garantizar la seguridad de los bañistas. Zarautz es un ejemplo, dado que su arenal, el más abierto de Guipúzcoa, está expuesto sin abrigo a los embates del océano y se producen fuertes corrientes de retorno, lo que da lugar a más de un centenar de rescates por temporada por parte de la Cruz Roja. Mediante procedimientos de oceanografía operacional se puede predecir estas condiciones de peligro y, consiguientemente, prevenir y mejorar de forma continua la información a los usuarios de la playa sobre los riesgos existentes mediante las banderas de seguridad, sostiene el científico de Azti-Tecnalia.
Para el seguimiento y coordinación técnica e institucional del proyecto Lorea se formará un "comité de pilotaje" que se reunirá al menos dos veces al año para analizar las acciones realizadas y planificar las futuras.
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