Productos 'sin papeles' y sin control
Centenares de artículos de alimentación e higiene se comercializan en España de manera irregular
Pastas de dientes, jabones, perfumes, fideos chinos, salsas o tintes para el pelo con etiquetas en idiomas distintos del castellano se encuentran por cientos en las estanterías de los establecimientos de productos baratos y los llamados chinos de toda España. El contenido de muchos de estos envases es imposible de identificar sin saber francés, inglés, árabe o chino. Se trata de alimentos y cosméticos sin papeles que han sido introducidos ilegalmente en el país o, cuando menos, sortean las normas de comercialización.
La clave para detectarlos es el etiquetado. Todo producto para consumo humano que se venda en España debe llevar alguna leyenda en castellano que explique las características del artículo y sus ingredientes, según indica la normativa europea. "Los consumidores tienen que saber qué ingieren y qué entra en contacto con su organismo. En los cosméticos y aún con más razón en los alimentos", asegura Ruben Sánchez de la Federación de Consumidores en Acción (Facua).
EL PAÍS ha hecho un rastreo por decenas de bazares de Madrid y ha encontrado cientos de productos que se saltan la norma del etiquetado. La mayoría de estos artículos, según su etiqueta, proceden de Tailandia, Suráfrica, Filipinas, Líbano o China. La mayor parte de los dependientes de estos comercios asegura no saber dónde compran los polémicos artículos. Las principales asociaciones de consumidores denuncian este comercio irregular, que "es fraudulento y puede poner en grave riesgo la salud", según Sánchez.
Un portavoz de la Agencia de Seguridad Alimentaria explica que "es muy probable que los alimentos que no llevan indicaciones en castellano hayan entrado irregularmente en España". La ley exige que estos artículos procedentes de terceros países sean revisados. En cada aduana -puertos y aeropuertos internacionales- existe un Punto de Inspección Fronteriza, donde funcionarios de Sanidad examinan todos los productos importados para el consumo humano.
Juan Hidalgo, responsable de Sanidad del puerto de A Coruña, explica que los alimentos y cosméticos que no cumplan con las normas de etiquetado en castellano no deben entrar en el país. Su homólogo en Algeciras, Nicolás Jiménez, cree "muy poco probable" que productos como la pasta de dientes irregular etiquetada como Colgate hayan entrado en España por cauces legales sin ser detectada.
Sin embargo, y tal y como ha podido comprobar EL PAÍS, esto no ha ocurrido sólo con el dentífrico. ¿Cómo se cuelan centenares de productos irregulares? Existen varias posibilidades. Jiménez cuenta que pueden llegar de contrabando, es decir, sin ser declarados como lo que realmente son. Varios agentes de aduanas consultados explican que es relativamente fácil hacer pasar estas mercancías en grandes contenedores entre productos de todo tipo. Existe otra alternativa que, aunque poco probable en opinión de estas fuentes, permitiría que estos productos llegaran desde otros países de la Unión Europea. En algunos de ellos el requisito del idioma no sería un impedimento, porque la mayoría de los artículos irregulares están en alguna lengua comunitaria en inglés.
La Agencia de Seguridad Alimentaria asegura que los productos comercializados irregularmente son una "minoría poco significativa". En su memoria de 2006 se recogen únicamente 214 incidencias "vinculadas al incumplimiento de la legislación". A pesar de esta cifra, las asociaciones de consumidores aseguran que en el mercado existen muchas más irregularidades. "A través de las aduanas entran centenares de productos irregulares de todo tipo, y desde hace años", señala Fernando Moner, vicepresidente de la Confederación Española de Consumidores y Usuarios (Cecu).
Todas las asociaciones de consumidores consultadas reclaman más controles tanto al Gobierno central como a las comunidades, que son las encargadas de inspeccionar los establecimientos de cada región para asegurarse de que no venden ningún producto irregular. La consejería de Economía y Consumo de la Comunidad de Madrid declaró ayer que remitirá una carta al ministro de Economía, Pedro Solbes, instándole a reforzar el control en aduanas y animándole a debatir sobre el problema de la entrada de pastas de dientes irregulares en el próximo consejo de Ministros de la UE.
"Hay que evitar que los productos irregulares lleguen, pero el consumidor tiene la última palabra. Tiene que ser responsable. Si no metemos estos artículos en la cesta de la compra, la tienda no lo traerá más", dice Jean Bernat Uudureau, portavoz de la Asociación General de Consumidores.

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