"No te exigen mucha experiencia"
Dos montadores afirman que la seguridad es escasa en los grandes conciertos. Los sindicatos denuncian un ritmo agobiante de trabajo
"En los montajes de escenarios siempre acaba trabajando gente que no tiene ni idea de lo que hace". Carlos tiene 23 años y en más de una ocasión ha tenido que trabajar de sol a sombra para que los demás disfruten. Ha participado en el montaje de todo tipo de escenarios, desde los del Festival Internacional de Benicàssim, hasta los de El Canto de El Loco u otros macroconciertos que se han celebrado en Madrid. Ninguno, reconoce, es comparable con el de los Rolling Stones, aunque se puede hacer una idea de cómo ha funcionado todo el proceso. "Lo normal es montar el concierto por la mañana y desmontarlo por la noche, cuando haya acabado el concierto; lo único bueno es que te suelen dejar ver el concierto gratis, pero hay días en que te tiras currando más de 12 horas a toda pastilla".
"El nivel de los que se contratan en España deja que desear", dice un trabajador de la gira
Carlos explica que, por lo general, "hay cinco o seis personas que mueven todo el cotarro" y que se encargan de encontrar a unas 30 personas para que hagan todo el trabajo. "Suelen meter a cualquiera, no te exigen mucha experiencia.". No les suelen dar material protector, ni guantes ni cascos. "Si lo quieres, te lo tienes que llevar de tu casita". En verano, cuando proliferan los conciertos al aire libre, con escenarios grandes, las altas temperaturas hacen estragos entre los trabajadores. "No sería la primera vez que más de uno se quema las manos de estar todo el día al sol", asegura Carlos.
Puntualiza que hay tareas que "no suelen dejar hacer a cualquiera", como subirse a la parte del escenario de donde cuelgan las luces. Aunque como en todo, hay excepciones. "Si en un escenario como en el de los Rolling, tan grande, en el que se necesitan arneses, pones a gente que no controla del tema, puede pasar de todo".
Gaizka, nombre supuesto de montador del escenario de los Stones en San Sebastián la semana pasada, lo corrobora: "Había de todo, los extranjeros que están con ellos toda la gira. Suelen ser profesionales, pero entre la gente que se contrata en España el nivel dejaba bastante que desear, son chicos que se intentan ganar un dinero extra y además pueden ver el concierto gratis", asegura.
Los sindicatos opinan igual que estos montadores. El secretario de salud laboral de CC OO, Carmelo Plaza, que hizo un informe detallado del accidente, ofreció su opinión sobre lo ocurrido: "Es una barbaridad desmontar la pieza en la que estaban subidos".
Según Plaza, el accidente se produjo por una "descoordinación entre las empresas" y por la "falta de planificación". El responsable de CC OO recordó que los tres operarios que se precipitaron al suelo trabajaban cada uno para una empresa distinta. "Es un encadenamiento de contratas y subcontratas", dijo. "Y pasa lo que pasa", añadió. "En lugar de quitar los bulones de una viga han sacado los que no eran", explicó. E insistía: "Esto pasa porque hay un desbarajuste de empresas trabajando en el mismo sitio. Ha habido descoordinación en una actividad altamente peligrosa". Este sindicalista recordaba que el año pasado hubo otro muerto también en el Calderón cuando se desmontaba un escenario de un concierto de Los 40 Principales.
La Secretaria de Salud Laboral de UGT-Madrid, Marisa Rufino, afirmó que los trabajadores accidentados tenía sólo "un contrato de obra y servicio" para el desmontaje del escenario. "Es imposible que una estructura tan grande sea retirado en 48 horas como exige la empresa. Eso obliga a ritmos de trabajo muy fuertes y que exista descoordinación en materia de prevención", señaló Rufino. "Hay que denunciar los ritmos tan duros que les imponen y que, al ser trabajadores de empresas distintas, no hay ningún tipo de seguridad", añadió.
Rufino aseguró que las empresas que estaban trabajando en el desmontaje del escenario carecían de los planes de seguridad necesarios y del permiso de obras, ya que se trata de una construcción de gran volumen y con más de 20 trabajadores, como marca la normativa vigente. Una de las hipótesis del accidente para CC OO es que el coordinador fallecido hablara a los operarios en inglés y éstos no le entendieran las órdenes que les daba. Otra "más probable" es que soltaran mal las eslingas del escenario y éste se viniera abajo.
La portavoz de IU en la Asamblea, Inés Sabanés, lamentó el accidente laboral y advirtió a la presidenta regional Esperanza Aguirre de que "su tan anunciado III Plan de Prevención de Riesgos Laborales ya llega tarde". Sabanés consideró que Madrid vive una "preocupante situación de emergencia" en el ámbito de la siniestralidad laboral, defendió que la región requiere el destino de un inspector por cada 7.000 trabajadores y el desarrollo de la Ley de Subcontratas, entre otras medidas.
Informaciones elaboradas por F. Javier Barroso, Álvaro Corcuera y Javier Lafuente.
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