La estafa piramidal del grupo financiero leonés Herrero Brigantina movió 496 millones

El tinglado financiero concebido por el economista Juan González Herrero, de 45 años y cerebro del grupo leonés Herrero Brigantina, alcanzó niveles de escándalo. El ideólogo de esta corporación, que vendía productos de inversión con el señuelo una rentabilidad de hasta el 50%, pilotó desde 2017 un esquema que movió 496 millones de euros a través de un alambicado esquema de 118 cuentas bancarias, según un informe de la Policía Nacional al que ha tenido acceso EL PAÍS.

Los investigadores señalan que la madeja societaria de esta compañía recaudó 142 millones de decenas de miles de ahorradores anónimos -la empresa presumía de tener 35.000 clientes en Europa- y destinó menos de un 10% de este capital a adquirir los productos bajo sospecha, según el documento policial. El informe forma parte de las pesquisas por estafa, pertenencia a organización criminal, falsedad documental y apropiación indebida que instruye el juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz. El caso, que fue destapado por este diario en 2023, suma una decena de imputados.

Más de medio millón a alquilar yates

Mientras centenares de inversores españoles nutrían en silencio la caja de Herrero Brigantina, la corporación desviaba estos fondos a costear la vida de lujo del entorno de González Herrero. Él y sus directivos se gastaron más de dos millones en vuelos privados, 350.000 en hoteles de cinco estrellas (como el Wellington de Madrid), y 800.000 en viajes. Los movimientos bancarios, que también recogen dos millones en pagos con tarjeta, contemplan abonos de más de medio millón de euros a la compañía de alquiler de yates de mega lujo Yates Camper Nicholson. La suma costeó en 2020, entre otros, un crucero de nueve días en Baleares.

El ladrillo como refugio

El fundador de Herrero Brigantina, al que se le atribuye un timo de hasta 100 millones, tiró presuntamente de la hucha de sus inversores para sufragar una reforma de más de medio millón en su chalé de Ponferrada (León). Y destinó cuatro millones a adquirir viviendas de ensueño. La partida en ladrillo contempla un inmueble de 410.000 euros en Porto Do Son (A Coruña) y otros dos en Ponferrada, que fueron escriturados por medio millón.

Para difuminar el rastro del dinero, González Herrero donó estas dos últimas propiedades a su pareja, Kelly Johana Galeano. Y, a través de una sociedad instrumental, se hizo con otros dos inmuebles en Colombia valorados en casi 1,2 millones. Se trata de la finca El Jaguar en Medellín y del denominado conjunto residencial Saint Moritz.

Patrocinio de un millón al Valencia

La caja que nutrió el esquema urdido por González Herrero también sirvió para costear un patrocinio de más de un millón al Valencia Club de Fútbol en 2022. El logotipo de la firma financiera figuró en la parte trasera de la camiseta de los jugadores. El Valencia destacó en su web oficial en agosto de 2022 que Herrero Brigantina vendía “productos de inversión propios que cotizan en Bolsa y que están regulados por el Banco de España y la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV)”. Una afirmación que fue desmontada por una investigación de este periódico. “El hundimiento del grupo Herrero Brigantina coincide con la publicación de un reportaje en EL PAIS que saca a la luz una realidad hasta el momento oculta”, resaltan los investigadores en su último informe.

El reportaje demostró que lo que realmente comercializaba la compañía para ofrecer una rentabilidad de hasta el 50% a sus clientes eran alambicadas soluciones unit linked, un seguro de vida cuya prima se invertía en una cartera de fondos que quedaba fuera del radar de supervisores como la CNMV o el Banco de España. Y que, para ganarse la confianza de los clientes, se promocionaba con el logotipo de las aseguradoras Axa, Plus Ultra y Generali, que Herrero usaba sin permiso.

Las transacciones que confirman el último informe policial que reposa en la mesa del juez Santiago Pedraz muestran que Herrero Brigantina también destinó 959.310 euros a la Ponferradina. Y, en el capítulo de mercadotécnica, pagó 264.338 euros a la empresa Influencers, que dedicó en noviembre de 2022 una portada en su revista a ensalzar las bondades del ideólogo del controvertido holding de Ponferrada. Herrero también dedicó 51.780 euros a patrocinar en 2018 una carrera de montaña y un torneo de kickboxing.

Directivos como marionetas

La operativa financiera de este grupo –que presumía de tener sucursales en Londres, Miami, París, Ámsterdam y Hong Kong- revela cómo González Herrero usó a su cúpula de directivos como si se tratara de marionetas para mover los fondos de los ahorradores. Así, el ejecutivo Benjamín S. manejó 11 cuentas bancarias entre 2019 y 2023 de la corporación por las que circularon 43 millones. Otro jefe, Carlos A., controló 21 cuentas que canalizaron 36 millones. Los investigadores sostienen que este dinero no fue a parar a los productos se inversión, sino a urdir un esquema Ponzi, como el que levantó hasta 2008 en Wall Street el financiero Bernard Madoff para atrapar 65.000 millones de una legión anónima de inversores. El mecanismo fraudulento de Herrero Brigantina solo abonó a los ahorradores 42,2 millones.

González Herrero también recurrió presuntamente a los fondos de sus clientes para inyectar más de medio millón de euros a su pareja entre 2021 y 2023. Y esta, Johana Galeano, se gastó más de 50.000 en artículos de lujo, hoteles y joyería. “El enriquecimiento proviene de las víctimas del grupo Herrero Brigantina”, estima el demoledor informe contra la corporación financiera leonesa elaborado por la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF) de la Policía Nacional.

El abogado José Luis Ortiz Miranda, que representa a 500 afectados que confiaron 15 millones a la corporación leonesa, estima el volumen del pufo del grupo financiero en 200 millones. El letrado sostiene que el dinero de los ahorradores no fue a parar a los productos financieros, sino a paraísos fiscales fuera de España.

El caso Herrero sorprende por el alto perfil académico de las decenas de miles de clientes que la compañía captó en España con su promesa de fortuna exprés. Médicos, farmacéuticos, empresarios cayeron en el monumental timo. Cada uno, destinó entre 5.000 y dos millones a las soluciones financieras de la empresa. Lo hicieron seducidos por las promesas de una legión de comerciales muy bien remunerados y agresivas campañas de marketing ideadas por esta constelación societaria a la que el diario Financial Times situó en 2021 en el puesto 149 de las 1.000 firmas europeas que más rápido crecían.