Un inmigrante fallece en Canarias tras ser rescatado
Un subsahariano de entre 25 y 30 años de edad murió a la 1.25 de ayer en la explanada del muelle de Arguineguín (localidad del municipio de Mogán, al suroeste de la isla de Gran Canaria), después de que agentes del Servicio Marítimo de la Guardia Civil lo rescataran junto a otros 61 inmigrantes moribundos, cuyo cayuco fue detectado a 800 metros de la costa.
El inmigrante fue rescatado con vida de la barcaza, pero inconsciente. No reaccionó a los ejercicios de reanimación que durante una hora le aplicaron los sanitarios del Servicio Canario de la Salud y de Cruz Roja.
Un agente describió así la escena que la Guardia Civil encontró al aproximarse al cayuco: "Los inmigrantes eran como fantasmas, ajenos a lo que ocurría en el exterior de la barca. Estaban tumbados; sólo permanecían de pie los dos timoneles, sobre dos motores de 40 caballos, rodeados de cuerpos, enseres y líquidos".
Pesos muertos
Los inmigrantes estaban en tal estado de debilidad que no reaccionaron cuando los guardias civiles saltaron al bote para iniciar la operación de rescate. Los agentes tuvieron que izarlos como si fueran pesos muertos, porque no reaccionaban. "Pensamos que había muchos más fallecidos; no podían ni hablar, mantenían los ojos cerrados, las extremidades no les respondían, físicamente estaban agotados, rendidos", explica el guardia. "Hacía mucho que no rescatábamos a un grupo en un estado tan débil".
Al menos tres de ellos se hallaban inconscientes. Uno era el que falleció tras desembarcar. Los otros dos respondieron a las maniobras de reanimación y fueron evacuados, junto a cuatro más. Profesionales y voluntarios de Cruz Roja y facultativos del SCS lograron que los otros 55 recuperaran poco a poco su tono vital, hasta ser conducidos a la comisaría del sur de la isla. En el grupo fueron detectados cuatro posibles menores, de unos 16 años.
La Guardia Civil ha registrado todos los datos posibles del fallecido (huellas y enseres) por si en los próximos días alguno de sus compañeros pudiera reconocerlo o contactar con su familia.
Este joven es el inmigrante número 13 en las estadísticas oficiales de fallecidos, que no registran los cuerpos sin localizar.
