Un 10
Un 9,99. Increíble. Ésa es la nota que ha sacado Diego Ramos en selectividad. Lo curioso es que yo le conozco, soy compañero suyo en el conservatorio, y me he enterado por la prensa de la noticia, ya que trabajo en un quiosco. Como Diego, soy un joven estudiante de música (aunque algo mayor que él), que además estudia, oposita, sobrevive, y que ha seguido el esfuerzo de una persona que hasta hace tres semanas contaba con tan sólo 17 años, y era capaz de hacer 2º de bachillerato, 1º de composición en el conservatorio superior, y 1º de violín también. Y todo ello con las mejores calificaciones.
Pero el motivo de esta carta es la gratitud. La que le debo a una persona como Diego, que a pesar de hacer lo que ha hecho, este año sacó tiempo de sus ocupados días para ayudarme a aprobar el curso, sin pedir nada a cambio, sólo por compañerismo. Sirva esta escueta nota de agradecimiento para terminar la descripción de una persona de la cual la prensa refleja el lado académico; sólo quería reflejar el lado humano de mi compañero y amigo Diego. Y en este campo merece sin duda un 10. Gracias.
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