Adiós al 10 de Downing Street

Tony Blair dimitirá hoy como primer ministro del Reino Unido y anunciará también la renuncia a su escaño en los Comunes. Su abandono de la política británica no significa que vaya a dejar el escenario internacional. Es muy posible que hoy sea nombrado representante permanente del llamado cuarteto (ONU, Unión Europea, Estados Unidos y Rusia) en Oriente Próximo, si los rusos dan su visto bueno a la propuesta, apadrinada por el que muchos señalan como verdadero causante del abrupto final de su carrera, el presidente de Estados Unidos, George W. Bush.

Con anterioridad se había especulado con otras salidas para él: la presidencia del Banco Mundial o la del Consejo de ministros de la UE. Blair mantuvo su última entrevista como primer ministro. El agraciado fue el gobernador de California, el ex actor Arnold Schwarzenegger. El otrora Míster Universo quizá alcance algún día cotas más altas que Blair en la política, pero difícilmente superará su calidad como actor.

Esta noche, Blair dormirá en la residencia de campo de los primeros ministros en Chequers, mientras espera que acaben las reformas en la lujosa casa que adquirió hace tres años en la elegante Connaught Square, un rincón exclusivo de superricos junto a Hyde Park, entre el barrio de Bayswater y Marble Arch. De momento, los vecinos no parecen muy contentos con su llegada: han puesto muchos problemas a las propuestas de reforma de la casa y se han opuesto a las intenciones de la policía de cortar de manera permanente el tráfico a la altura del domicilio de los Blair por razones de seguridad.

Gordon Brown, desde el pasado domingo líder laborista y desde hoy primer ministro británico, recibió ayer una buena noticia: el diputado conservador Quentin Davies, un pro europeo que en 2005 apoyó a Kenneth Clarke para ser líder tory, se ha pasado a los laboristas.