Carácter contra ilusión
El Sevilla aspira a su tercer título en su mejor temporada frente a un primerizo Getafe
Dos equipos instalados en los antípodas se disputan esta noche la Copa del Rey, el trofeo que mejor resume el espíritu del fútbol. A un lado, el Sevilla. El cuadro de Juande Ramos aspira a su tercer título del curso, tras la Supercopa europea, ganada al Barcelona, y la Copa de la UEFA, que burló en los penaltis al Espanyol. Al otro, el Getafe. Un equipo tejido con retales de bajo coste y con apenas 30 años de historia frente a una institución centenaria con tres Copas y una Liga entre sus alhajas.
Bernd Schuster, seis Copas en el bolsillo, aglutina los focos de una entidad que en tres años ha engordado su presupuesto de 2,5 a 22 millones de euros. Calderilla para la alta burguesía del fútbol español. A falta de liquidez, el técnico alemán ha imbuido su gusto exquisito por el balón a una plantilla sin nombres ilustres, pero con una capacidad de superación impensable. De lo contrario, no se explicarían las remontadas ante el Valencia y el Barça, ésta más mediática por el famoso gol de Messi.
El Sevilla regresa a la final tras un lapso de 45 años. Lo hace en medio de la expectación de 65.000 de sus aficionados -una cifra sin precedentes, aunque más de la mitad acude sin entrada- y del tumulto de Kanouté, que reclama su vuelta a la Liga inglesa. Molesto por su convocatoria ante el Villarreal en la última jornada liguera, dejó huérfana a Malí frente a Sierra Leona y explotó. En el momento más inapropiado, la víspera de un duelo sin medias tintas.
Si por algo destaca la Copa es por producir milagros. Si en el Sevilla sobra la testosterona, el Getafe acude a su primera cita de calado con la tranquilidad del tapado. Gane o pierda, mañana le recibirán con la alfombra roja en la sede de la Comunidad de Madrid. Güiza acapara la potencia de fuego, con 17 dianas, seis en el torneo del KO. Su principal ausencia es la de Abbondanzieri, el portero de la selección Argentina, aunque no haya disputado ni un encuentro copero.
Tercero en la Liga, su mejor puesto en 37 años, el Sevilla busca la guinda a su mejor temporada. Lo hará justito de gasolina, con la lengua fuera después de un maratón de 62 partidos (38 victorias, 12 empates y 12 derrotas). Y sin Adriano, con una rotura de fibras. Juande Ramos ha sacado el máximo jugo a su política de rotaciones. Por antigüedad, será el equipo local. Utilizará el vestuario y el banco del Madrid. Schuster, a la espera de su futuro inmediato, estará en el del visitante.
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