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Reportaje:

La dependienta ausente

La madre de la niña maltratada abandona su domicilio de Salou tras el encarcelamiento de su pareja

En el domicilio de Richard y Aynadis se amontonaban ayer tres avisos de correos. Probablemente tardarán en recogerse. El está en la prisión desde la tarde del pasado miércoles acusado de maltratar a su hija Claudia, de seis meses. Ella salió del apartamento a las pocas horas del encarcelamiento y no ha vuelto a aparecer por la casa.

La última persona que habló con Aynadis, de noche, fue Fernando Aranda, el conserje de la finca, que lleva en la finca 18 años, casi tanto como el edificio Córdoba en el que habitaba la pareja. Fiel amigo de los inquilinos, el conserje ayudó a la mujer a salir por una puerta trasera para huir del foco mediático y ayer seguía perplejo por lo ocurrido.

La familia vivía en un piso de 45 metros, con una habitación, por el que pagaban 450 euros

"Yo no pongo la mano en el fuego por nadie, pero todo esto es muy raro", explica el hombre. "Ya se sabe que en todas las familias hay cosas pero es que yo nunca les he oído discutir, ni chillar, ni pegar a las niñas, pero si lo dice la justicia...", añade.

Aranda conoce a la familia desde que llegaron, hace dos años, y no habla por hablar porque ocupa un apartamento contiguo al número 16 de la segunda planta, el que habitaban los padres que están bajo sospecha.

La pareja, de nacionalidad cubana, llegó en 2005 y se quedó el resto del año. Algo inusual en un vecindario que registra una enorme movilidad y que a partir de octubre, cuando desaparece el turismo de sol y playa, queda prácticamente vacío. Así, de los 174 apartamentos, apenas siete u ocho siguen ocupados en invierno. El de los padres de Claudia era uno de ellos.

Esa vivienda tiene unos 45 metros cuadrados de superficie que no dan más que para una habitación. Abonaban 450 euros de alquiler, una renta que la pareja podía afrontar con comodidad. Richard trabajaba como portero en una discoteca de Salou, de las que pocas abren todo el año, y Aynadis, como dependienta en una tienda del paseo marítimo. Por un apartamento como el que ocupaban se pueden pedir, en pleno verano, hasta 1.500 euros por una quincena. La alta cotización se explica por la céntrica zona que ocupan, en la calle Burguera, junto a la plaza Europa.

Uno de los telegramas que esperan en el buzón es del Servicio de Atención a la Infancia de la Generalitat y está datado el 12 de junio, el mismo día en que la administración autonómica retiró a la pareja la guardia y custodia de las dos hijas. El otro aviso telegráfico lo remite el Departamento de Acción Social del Gobierno catalán y el tercero, el Consejo Comarcal.

La madre explicó al conserje que no puede creerse que su marido haya golpeado a la niña y que luchará por recuperar la custodia, aunque habiendo un proceso penal de por medio no parece fácil. Mientras tanto, el hermetismo impera en su círculo más cercano y la amiga de Aynadis, dejó de acudir a visitarla, como venía haciendo cada día, en cuanto el tema salió a los medios. "Eran más bien serios, pero amables", explica el conserje.

Mientras tanto, la justicia sigue su ritmo. Ayer declaró el jefe de pediatría del hospital Joan XXIII de Tarragona, Xavier Allué, quien explicó que cuando la pequeña Claudia fue atendida el 24 de abril por una fractura de fémur ya se le diagnosticaron malos tratos. Fuentes judiciales explicaron que la instrucción del caso no tardará mucho en finalizar y que en unos meses podría celebrarse el juicio en un juzgado penal. Xavier Jou, fiscal jefe de Tarragona, explicó ayer a EL PAÍS que la fiscalía defenderá que el padre siga en prisión hasta la celebración del juicio, aunque la juez puede acordar la libertad cuando lo crea.

Por otra parte, la juez que investiga el caso de la niña Alba, que sufre lesiones irreversibles, ha procesado a la madre y a su novio por tentativa de homicidio y maltratos, y les obliga a prestar una fianza de responsabilidad civil de 1,5 millones de euros.

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