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Libia niega la entrada a un pesquero español con 26 náufragos

Exteriores había afirmado que Trípoli acogería a los 'sin papeles', entre los que hay un muerto

"Vimos una pequeña luz y luego nos embistió una patera". Así resume José Luis Sestayo, patrón del pesquero Nuestra Madre Loreto, su encuentro con la lancha con 26 sin papeles la noche del miércoles en el Mediterráneo, entre Malta y Libia. Los tripulantes amarraron la barca, pero la patera volcó y uno de los inmigrantes se ahogó. Nuestra Madre Loreto se dirigía ayer a Trípoli con los 25 náufragos y el cadáver, tras "obtener garantías" de Exteriores de que Libia acogería a los náufragos. Sin embargo, a medianoche, cuando el barco llegaba a Trípoli, las autoridades libias denegaron al pesquero la entrada.

El capitán del pesquero, José Luis Sestayo, nacido en Camariñas (A Coruña) hace 49 años, y que llevaba 35 días en la zona pescando quisquillas, relató ayer por el teléfono de a bordo a este periódico que sobre las 23.40 del miércoles la tripulación echó el ancla a unas 95 millas al norte de Trípoli y 110 al sur de Malta. "En esos momentos, mi hermano José Manuel vio una pequeña luz", explica. "Luego nos embistió, a pequeña velocidad, una patera, de la que saltó una persona. La rescatamos, y echamos una maroma a la popa de la barcaza, cuyo motor se había estropeado con el golpe. En la patera quedaron 25 jóvenes negros, de entre 18 y 22 años".

El capitán asegura que la tripulación (él y 13 marineros) atendió al náufrago. "Le dimos colacao y leche", precisó. "A los demás les dijimos, por gestos, que sobre las ocho de la mañana les recogería una fragata italiana". Pero a esa hora, según afirma José Luis, comenzó una discusión entre los inmigrantes: "La patera volcó. Les lanzamos cuerdas y salvavidas, y en su desesperado intento por subir al pesquero pisotearon a uno de ellos, quizás el más débil, que murió ahogado". La tripulación de Nuestra Madre Loreto subió a cubierta a los 25 supervivientes y el cadáver. "Les dimos más leche y más colacao. Y al mediodía compartieron nuestra comida, arroz con pollo", cuenta.

El patrón destaca que emprendieron rumbo a Trípoli (Libia) "tras obtener garantías" de la Embajada de España de que el Gobierno de Libia se haría cargo de los inmigrantes. Según Salvamento Marítimo, el rescate se produjo en aguas donde la responsabilidad corresponde a ese país africano.

Pese a las garantías que había recibido el buque, al filo de la medianoche las autoridades libias le obligaron a dar la vuelta y le impidieron desembarcar. "Estábamos a nueve millas de Trípoli, ya llegando, cuando nos han obligado a dar la vuelta", explicó el capitán por teléfono pasada la medianoche. Tras dar media vuelta, el barco se dirigía a aguas internacionales a baja velocidad para pasara la noche y esperar un acuerdo entre el Gobierno español y el libio para desembarcar a los náufragos.

Se da la circunstancia de que Nuestra Madre Loreto es propiedad de José Durá, armador y patrón también del pesquero Francisco y Catalina, que en julio de 2006 rescató a 51 inmigrantes de un cayuco a la deriva al sur de Malta. Aquella fue la primera ocasión en que el Gobierno del archipiélago puso de manifiesto su rechazo a los náufragos salvados en la zona. Sólo después de ocho días de espera a bordo, durante los que varios países negociaron un intercambio de inmigrantes, Malta les permitió desembarcar. A José Durá la experiencia del año pasado le hacía ser escéptico: "No estaré tranquilo hasta que el barco vuelva a estar pescando", declaró con razón antes de saber que Libia denegaba la entrada a su barco.

José Durá, en primer término, armador del<i> Nuestra Madre Loreto</i> y del <i>Francisco y Catalina</i>, el 31 de agosto de 2006, a su llegada al puerto de Santa Pola, después de rescatar a 51 inmigrantes en aguas de Malta.
José Durá, en primer término, armador del Nuestra Madre Loreto y del Francisco y Catalina, el 31 de agosto de 2006, a su llegada al puerto de Santa Pola, después de rescatar a 51 inmigrantes en aguas de Malta.EFE

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