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'Tornados' contra manifestantes

Alemania usó aviones militares para controlar las protestas contra el G-8

La cumbre del G-8 en Heiligendamm (Alemania) concluyó hace ya cinco días, pero la resaca de la represión policial de las manifestaciones más o menos violentas dura todavía. Se ha descubierto que las autoridades emplearon aviones Tornado del Ejército alemán, los mismos que actúan en Afganistán, para vigilar y prevenir posibles acciones violentas de los manifestantes. La intervención de la aviación militar en una manifestación civil ha provocado una fuerte protesta, sobre todo por la más que dudosa constitucionalidad de la acción.

Para redondear la faena, ayer la policía efectuó 11 redadas en Hamburgo y el Estado federado de Schleswig-Holstein para reunir pruebas sobre la posible formación de una asociación terrorista. La policía niega que estas redadas estén relacionadas con las manifestaciones contra la cumbre del G-8.

La policía construyó un mini-Guantánamo con jaulas de 2,5 metros para los detenidos

Para un comentarista del servicio de noticias Spiegel Online las cosas no pueden estar más claras. En un comentario titulado Big Brother en vuelo rasante, en referencia a la metáfora del escritor inglés George Orwell, se pregunta el periodista cómo se produce una nueva generación de terroristas de izquierda. La respuesta es automática: "Ordeno bajo el pretexto de un carné escolar falsificado registros de casas, encierro a los que quieren mejorar el mundo en jaulas y dejo que a los que acampan en tiendas de campaña los fotografíen desde aviones a reacción. El resto viene por sí mismo".

Todo parece indicar que la actuación de unos 2.000 manifestantes violentos, de un total de más de 50.000, en torno a Heiligendamm durante la cumbre del G-8 servirá de coartada a los defensores de la ley y el orden para dar una vuelta de tornillo a la represión de las libertades. Los violentos retroalimentan a políticos como el ministro federal del Interior, Wolfgang Schäuble (CDU), que no esconde desde hace tiempo sus deseos de reformar la Constitución para que el Ejército federal pueda intervenir para defender el orden público dentro del país y para autorizar que la policía tenga acceso a los ordenadores personales de todos los ciudadanos.

Los aviones Tornado, cuya intervención en Afganistán está pendiente de una decisión del Tribunal Constitucional a principios de julio, efectuaron cuatro operaciones durante los días de la cumbre. Con sus cámaras, dos aviones volaron a sólo 150 metros de altura para fotografiar los lugares de acampada de los manifestantes con la intención de averiguar si habían enterrado allí armas. Detrás de estas justificaciones y las redadas previas a la cumbre se esconde la clara intención de criminalizar a los manifestantes y colocarlos en la frontera del terrorismo.

La intervención de los Tornado ha indignado a políticos de todos los colores, salvo a los democristianos, que la justifican con el argumento de que todo es legal por tratarse de una prestación de ayuda entre organismos públicos. El diputado socialdemócrata Niels Annen declaró: "Los manifestantes no son talibanes". El izquierdista Gregor Gysi dijo: "No estamos en guerra. Era sólo una manifestación". El verde Hans-Christian Ströbele, que en los años setenta defendió a terroristas del grupo Baader-Meinhof, anunció que presentará una demanda ante el Tribunal Constitucional.

Para completar el asunto se ha publicado que la policía construyó un mini-Guantánamo con jaulas de 2,5 metros cuadrados para encerrar a los detenidos, que estuvieron allí uno o dos días con la luz encendida todo el tiempo y muchos de ellos privados de asistencia legal. Spiegel Online relata el caso de Ole Franke, un joven de 24 años que acudió al lugar para manifestarse en favor de la policía y lo detuvieron. Grupos de abogados estiman que hubo hasta 1.150 detenidos y anuncian una demanda contra la policía por "secuestro y abuso del derecho". El diputado Ströbele interpelará al Gobierno en el Parlamento Federal (Bundestag).

Manifestantes detenidos en Rostock (Alemania) durante la cumbre del G-8.
Manifestantes detenidos en Rostock (Alemania) durante la cumbre del G-8.EFE

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