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Los laboristas israelíes eligen a Ehud Barak nuevo líder del partido

El ex primer ministro vence al almirante retirado Ami Ayalon

Hace menos de dos años, Ehud Barak gozaba de la confianza de sólo el 7% de los electores laboristas, que preferían olvidar su mandato como primer ministro israelí (1999-2001). Pero todo indica que ha sido perdonado. El secretario del partido, Eitan Cabel, le dio anoche por vencedor en la segunda vuelta de las elecciones internas. De Barak depende ahora la duración de la coalición de Gobierno con Kadima, el partido de Ehud Olmert.

Cabel anunció la victoria de Barak a la prensa con la mayoría de los votos escrutados. Según la radio estatal, el ex primer ministro habría logrado 34.960 votos, frente a 31.100 del almirante retirado Ami Ayalon. Poco antes, Barak había proclamado su victoria ante cientos de seguidores en la sede laborista: "Voy a hacer todo lo posible para devolver la confianza a los electores y afrontar los retos que tenemos, y lo haré con la ayuda de todos, incluido Ayalon".

Las cifras que llegaban desde horas antes obligaron a Nissim Zvili, asesor de Ayalon, a reconocer: "Creo que Barak ha ganado y sólo un milagro en las últimas tres horas del recuento puede provocar un vuelco". Otro consejero de Ayalon, Yuval Poraz, advertía que "ha habido muchas irregularidades y tras conocer los resultados definitivos, recurriremos".

Los 103.498 afiliados laboristas con derecho a voto han concedido una segunda oportunidad a Barak. Esta segunda y definitiva vuelta decide muchas cosas al margen de la identidad del nuevo jefe laborista. Decide el nombre del nuevo ministro de Defensa, en sustitución del defenestrado Amir Peretz, que quedó apeado en la primera vuelta de las primarias, y sirve para valorar el destino de la coalición de Gobierno entre los laboristas y Kadima, el partido del primer ministro, Ehud Olmert. Tanto Barak (65 años) como Ayalon (62) habían reiterado que no abandonarán el Gobierno como mínimo hasta la publicación del informe definitivo de la Comisión Vinograd, que investiga los graves errores en la guerra de Líbano el pasado verano. Si la Comisión, como está previsto, pide la dimisión de Olmert, el nuevo líder laborista no dudará en alejarse del primer ministro y provocar nuevos comicios.

Olmert no ha ocultado sus simpatías por Barak, y sabe que a su nuevo socio no le interesa romper la coalición de Gobierno. Una vez reconquistado el corazón del laborismo, Barak necesita el cargo de ministro de Defensa para afianzarse en todo Israel y prepararse ante la cita clave: elecciones generales frente al rival del Likud y gran favorito, Benjamin Netanyahu.

La victoria de Barak se habría basado en dos de los sectores con mayor disciplina de voto y movilización: los árabes-israelíes y los Kibutzim. Éstos, identificados con el establishment laborista, castigaron a Ayalon por aliarse con Peretz.

La sala principal de la sede laborista, al sur de Tel Aviv, está dominada por dos grandes retratos. El del fundador de Israel y primer líder laborista, David Ben Gurion y el del llamado "general de la paz", el ex primer ministro Yitzhak Rabin. Anoche, los dos históricos líderes veían impasibles desde la pared cómo los actuales dirigentes especulaban sobre el futuro en momentos en los que los casos de corrupción se suceden y no se atisba ningún avance de paz con sirios o palestinos. "Sea quien sea el nuevo líder, nos ocuparemos de bajarle de la cima con la misma rapidez con la que le hemos aupado. Barak ya sabe que al primer error, se le tirarán encima", decía Amram, un veterano del partido.

Barak es felicitado por sus partidarios anoche en la sede laborista, en Tel Aviv.
Barak es felicitado por sus partidarios anoche en la sede laborista, en Tel Aviv.AP

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