_
_
_
_
Reportaje:EN SEGUNDO PLANO | Juicio por el mayor atentado en España

De acusado a espectador

Moussaten sigue yendo al juicio pese a que el fiscal lo ha exculpado

Antonio Jiménez Barca

Brahim Moussaten, marroquí de 21 años, estuvo acusado hasta el lunes de la semana pasada de ayudar a los terroristas. Nació en Taza (Marruecos) pero el 11 de marzo de 2004, junto a su familia, residía en un piso de Leganés. A él, y a su hermano Mohamed, un año menor, el fiscal les considera colaboradores con el grupo yihadista y les acusaba de haber ayudado a escapar a algunos de los componentes que colocaron las bombas y que no se suicidaron en Leganés. Su tío, Youssef Belhadj, está considerado como uno de los cerebros de la matanza.

Así que Brahim y Mohamed Moussaten, ambos en libertad condicional, asistieron juntos a las 45 sesiones del juicio que se celebraron hasta el lunes de la semana pasada. Siempre uno al lado del otro, en los bancos del centro de la sala, a un metro de la pecera habitada por los acusados que se encuentran en prisión. A un paso de su tío Youssef.

El presidente del tribunal felicitó a Brahim tras decirle que quedaba libre
Más información
La fiscal reprocha la labor de algunos periodistas en el trato a los atentados del 11-M

Durante la media hora del receso, tanto él como su hermano aprovechaban para estirar las piernas y tomar un café de la máquina o una bolsa de patatas fritas al lado de una ventana que da a la calle, donde también se les permite fumar.

Con el tiempo (45 sesiones son muchas) empezaron a compartir ese tiempo con los otros acusados en libertad condicional, a los que no conocían de nada: los encuadrados en la denominada trama asturiana, acusados de haber transportado parte de la dinamita que explotó el 11-M, o de haber colaborado en su obtención... Viven en Avilés y muchos tienen más o menos la misma edad que los Moussaten. El lunes, Brahim Moussaten recibió una gran noticia: la fiscalía lo considera absuelto. También las diversas acusaciones particulares. El presidente del tribunal, Javier Gómez Bermúdez, felicitó y despidió a su abogado, que ya no tenía que volver más. En teoría, Brahim tampoco tenía que volver. Para él no habría más sesiones de diez a dos y de cuatro a ocho atendiendo en silencio las incidencias de un juicio que dictaminaría su futuro. A su hermano no le ocurrió lo mismo: el fiscal sigue reclamando para él seis años de prisión.

Y sin embargo, ayer, Brahim asistió al juicio del que se había librado. Pidió una de las acreditaciones reservadas a los familiares de los encausados y se sentó a escuchar al fiscal que ya no le acusa. Volvió para acompañar a su hermano.

Eso sí: Brahim, que se diferencia de su hermano en el pelo largo pero que utiliza como él ropa deportiva y amplia, ya no utilizó los asientos reservados a los acusados en libertad condicional, custodiados por policías nacionales, sino las sillas de atrás, reservadas al público en general.

De hecho, se sentó al lado del padre de Iván Granados Peña, otro de los acusados que no está en prisión. Y cuando llegó el receso de la mañana, a las once y media, Brahim, con su acreditación nueva, se sumó al grupo de acusados en libertad condicional y compartió, como lo ha hecho casi 45 veces, los treinta minutos de descanso, los cafés, los cigarros en la ventana y las patatas fritas.

Brahim Moussaten, a la derecha en la segunda fila, junto a su hermano Mohamed durante el juicio.
Brahim Moussaten, a la derecha en la segunda fila, junto a su hermano Mohamed durante el juicio.EFE

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Antonio Jiménez Barca
Es reportero de EL PAÍS y escritor. Fue corresponsal en París, Lisboa y São Paulo. También subdirector de Fin de semana. Ha escrito dos novelas, 'Deudas pendientes' (Premio Novela Negra de Gijón), y 'La botella del náufrago', y un libro de no ficción ('Así fue la dictadura'), firmado junto a su compañero y amigo Pablo Ordaz.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_