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Tribuna:AULA LIBRE
Tribuna
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29 catedráticos contra un investigador solo

La profesora Rosa Franquet, que expuso su opinión en estas páginas el pasado 16 de abril, ha sido señalada por el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña como máxima responsable de parcialidad en concurso público. En la sentencia leemos, entre otras cosas, que "resulta inadmisible que un miembro del mismo Tribunal realice comentarios jocosos sobre la intervención del demandante".

Sin embargo, dicha profesora no ha reflexionado lo más mínimo sobre lo ocurrido. Los párrafos duros que contiene la sentencia no han bastado. La señora Franquet está convencida de que puede reírse de los concursantes y de que puede vulnerar sus derechos fundamentales. Y ha hecho pública en este sentido su crónica sui géneris de lo sucedido, acusando en falso y faltando a la verdad, y llegando a la sorprendente conclusión de que tres jueces se equivocan y en cambio ella, acierta.

El autor argumenta por qué un director de tesis no debe formar parte del tribunal que decide una plaza a la que opta su pupilo

Por añadidura, ha embarcado a 29 catedráticos para que se pronuncien contra esta sentencia, contra mí y contra la igualdad de acceso a la función pública. Estos ilustrados exigen que un director de tesis pueda ser miembro de un tribunal en un concurso al que se presente su pupilo.

La actitud de la señora Franquet y sus 29 gregarios ha levantado ampollas en el mundo académico. Son más de cien los investigadores que en pocos días se han adherido a una carta contra su corporativismo (promovida desde la página web www.corruptio.com). Les reproduzco un resumen de la argumentación:

1. Una tesis doctoral es un trabajo de investigación en el que se implican dos personas: el director y el doctorando, dirigido por el primero. El director ejerce de tutor y formador. El mérito de una tesis es, pues, cosa de dos, y así lo reconocen diversas disposiciones (como que el director también gana currículum al dirigir tesis, por ejemplo).

2. Así las cosas, e ignorando otros matices que podrían añadirse, si un catedrático fuera miembro de una comisión, y al concurso se presentara un investigador a quien se hubiera dirigido la tesis, es obvio que este catedrático o titular estaría evaluando su propio trabajo, lo cual es motivo indiscutible de exclusión de tal comisión. Es obvio que si el catedrático votara a favor de su dirigido, contribuyendo al reconocimiento de méritos (en particular, de la tesis en que había participado), no haría nada más que dilatar su propio currículum. Este conflicto de intereses es tan evidente como si el arquitecto técnico de un ayuntamiento hubiera colaborado en el proyecto que hubiera presentado un constructor particular.

3. En línea con lo anterior, el Consejo Superior de Investigaciones Científicas es mucho más exigente con la imparcialidad, recoge en su normativa la prohibición expresa de que se dé esta situación (y también la prohíbe si hay otras relaciones profesionales).

4. En cuanto a los concursos para la universidad, existe la jurisprudencia de sentencias del Tribunal Superior de Justicia de Madrid y del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía que se pronuncian de igual modo. Que el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña haya sentenciado en el mismo sentido es un hecho que habla a favor de la cohesión del poder judicial.

Mal vamos cuando la señora Franquet miente en los medios (ella, que forma a periodistas). Mal vamos cuando embarca en su causa de interés particular a 29 catedráticos más, bajo el paraguas de una supuesta causa pública. Mal vamos, en definitiva, con estos 29 catedráticos a favor de una universidad provinciana, de amigos y protegidos y, tal como se ha visto, contra lo que disponen los tribunales de justicia.

¿Es tan grande la soberbia de estos 29 individuos que debemos recordarles que en este país nadie está por encima de la ley? ¿Están a favor de que los tribunales de oposición se rían de los concursantes? Ninguno de ellos se ha puesto en contacto conmigo para contrastar la versión de los hechos (por llamarlo de algún modo) que ha presentado Franquet. Y los 29 han firmado a su favor. Y los 29 forman a periodistas. ¡País!

Guillem Bou es profesor titular de la Universidad Ramon Llull.

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