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Reportaje:UN DESTINO Y VARIAS SENDAS | Paseos literarios

Poesía al andar

Recorrido por los municipios reflejados en las páginas de los libros

En la sierra de Guadarrama y en Alcalá de Henares se han escrito algunas de las páginas más bellas de la literatura española. Pasear por sus sendas y sus calles, recordando versos, y personajes, es una distracción sana y enriquecedora. El Arcipreste de Hita, Cervantes, Mateo Alemán, Quevedo, Machado, Aleixandre y Rosales serán nuestros acompañantes.

- Peña del Arcipreste. En el Libro de buen amor, de 1330, el Arcipreste de Hita refiere un viaje que ha hecho por la sierra, una caminata amenizada por los encuentros nada espirituales que este clérigo de hábitos holgados va manteniendo con las paisanas en Malagosto, en Riofrío, en la venta del Cornejo y en Tablada, ya en las inmediaciones del puerto de Guadarrama. Seis siglos después, cerca de este último paso se le dedicaría un peñascal, con inscripciones alusivas a sus peripecias erótico-excursionistas. El lugar está rodeado de pinares, praderas y fuentes que justifican, más allá de cualquier consideración literaria, la visita; además, al pie del roquedal hay una arqueta donde no suele faltar un ejemplar de esta obra con la vieja consigna de "ande de mano en mano a quienquiera que lo pidiere". En el kilómetro 56 de la N-VI, uno antes de coronar el puerto de Guadarrama, hay que echarse a andar por una pista de tierra que conduce en 10 minutos hasta el arranque de la senda, bien señalizada, que permite subir en otro tanto hasta la peña. Otros itinerarios alternativos, en http://perso.wanadoo.es/hitaarcipreste/ y www.trotamontes.org.

- Senda de los Poetas. Cerca de la pradera de Navarrulaque, en el término de Cercedilla, aparecen cincelados en las peñas los versos que muy distintos poetas -Antonio Machado, Leopoldo Panero, Gabriel García Tassara, José García Nieto...- dedicaron a la sierra de Guadarrama. Especialmente emotivos, los de Luis Rosales, que veranear solía en este municipio: "Las noches de Cercedilla, / las llevo en mi soledad, / y son ya la última linde, / que yo quisiera mirar". Y también los de Vicente Aleixandre, que lo hacía en Miraflores de la Sierra. A estos dos últimos poetas hay consagrados además sendos miradores, que dominan desde Siete Picos hasta los rascacielos de Madrid. Desde el aparcamiento de Majavilán, en el valle de la Fuenfría, se llega en una hora larga paseando por la calzada romana y luego por la pista forestal conocida como carretera de la República. Más información, en el centro de educación ambiental Valle de la Fuenfría (carretera de las Dehesas, kilómetro. 2; Cercedilla; tel.: 918 522 213) y en www.pueblos-net.com/cercedilla.

- Alcalá de Henares. Si existe en Madrid una ciudad que merece el título de literaria, con tanto o más derecho que la capital, es ésta. Aquí puede verse la casa natal de Cervantes y la capilla del Oidor, donde el Príncipe de los Ingenios fue cristianado. Muy cerca de la primera quedan la casa natal de Azaña y el hospital de Antezana, en el que trabajó san Ignacio de Loyola. Los colegios del Rey y de Jesuitas, donde residieron Quevedo y Calderón, respectivamente; la Universidad -escuela de pícaros como Guzmán de Alfarache o el buscón don Pablos-, en cuyo Paraninfo se entregan todos los años los premios Cervantes, y el Corral de Comedias, el espacio escénico documentado más antiguo de Europa (1601), son otros de los hitos literarios de esta ciudad. Por si fuera poco, fue profesor Nebrija, el autor de la primera gramática castellana, y está enterrado en un soberbio sepulcro de mármol Cisneros, promotor, entre otras muchas cosas, de la Biblia políglota complutense. Existe un paseo literario autoguiado, señalizado con 17 paneles de color rojo, sobre el que informan en la Oficina de Turismo de Alcalá (Callejón de Santa María, 1; tel.: 918 892 694; www.ayto-alcaladehenares.es).

- Camino del Palero. Del monasterio de El Paular al puerto de los Cotos, por la pinariega de Cabeza Mediana y la luminosa sillada de Garcisancho, sube el camino favorito de Enrique de Mesa (1878-1929), el gran cantor de la sierra. Es el camino por el que se sacaron los palos del monte, el llamado de los leñadores: "De su pinar se tornan los hacheros: / aire lento y cansino; / en los hombros, las hachas, / y en sus gastados filos / un reflejo fugaz, que a ratos hiere / los semblantes cetrinos". Es el camino que sigue, en busca del Lozoya, el arroyo de la Umbría o de Garcisancho. Visita obligada al monasterio (teléfono: 91 869 14 25), donde el poeta quiso ser enterrado, y al centro de educación ambiental Puente del Perdón (tel.: 91 869 17 57), donde informan sobre el paseo, que arranca en el kilómetro 28,4 de la carretera Rascafría-Cotos (M-604).

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