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Los sindicatos piden ayuda al Parlamento para frenar el "autoritarismo" de Sanidad

Las centrales acusan a Inclán de no negociar y resolver las diferencias a golpe de decreto

Los sindicatos de Osakidetza pidieron ayer ayuda al Parlamento para que limite el autoritarismo que achacan al Departamento de Sanidad, al que acusaron de no negociar y recurrir a los decretos para resolver cualquier tipo de discrepancia. Pusieron el ejemplo de las carreras profesionales de médicos y enfermeras, que han sido recurridas y que suponen una constante fuente de enfrentamiento entre la consejería que encabeza Gabriel Inclán y las centrales, tanto las de clase como las corporativas. La oposición se comprometió a tender puentes con Sanidad.

Sanidad se enfrenta a una semana muy complicada, con la huelga convocada por el Sindicato Médico de Euskadi (SME) para el próximo viernes como telón de fondo en protesta por las condiciones laborales de los facultativos. El aperitivo llegó ayer en sede parlamentaria. A lo largo de una sesión maratoniana de más de siete horas de duración, todos los sindicatos del sector sanitario desfilaron por la comisión de Sanidad para exponer cómo debería ser, a su juicio, el modelo de carrera profesional para los trabajadores del Servicio Vasco de Salud-Osakidetza, que suma alrededor de 22.000 personas, teniendo en cuenta todas las categorías. El desarrollo profesional es la manera de reconocer las diferentes aportaciones de los profesionales, mediante un sistema de niveles a los que se va accediendo con el paso de los años, siempre se que supere la correspondiente evaluación.

La instauración de esta carrera supone una de las aspiraciones más sentidas por las centrales, aunque a la hora de plasmarla en la práctica difieren. Mientras los sindicatos de clase (ELA, CCOO, UGT y LAB) demandan que todos los trabajadores (desde los celadores hasta los médicos) cuenten con este instrumento de desarrollo, el SME y el SAE (auxiliar enfermería) se centraron específicamente en socavar los desarrollos profesionales que el departamento ha puesto en marcha para estos dos colectivos.

La intervención de todos los representantes sindicales tuvo como denominador común una feroz crítica hacia las direcciones de Osakidetza y de la consejería por su falta de actitud negociadora. "Es que no ha existido negociación, sólo imposición", se quejó el secretario general del SME, Kepa Urigoitia. "Han recurrido a los decretos para imponer la carrera y ahora están recurridos porque vulneran los derechos de igualdad, mérito y capacidad", abundó la representante de UGT, Arantza Agote.

Decretos discriminatorios

"Lo normal", añadió Pilar Ortega, de CCOO, "es que al tratarse de documentos abiertos las dos partes (sindicatos y departamento) nos sentemos a negociar. Pero no ha existido ninguna negociación".

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Mati Iturralde, de LAB, recalcó que su presencia en el Parlamento tenía como objetivo "denunciar" la falta de negociación en Osakidetza y el autoritarismo del departamento, que ha sacado las carreras profesionales para médicos y enfermeras al margen de la mesa sectorial. Desde ELA (primer sindicato en el sector), Nere Urrestarazu, defendió que todos los contenidos de la negociación colectiva deben abordarse en la mesa con todos los sindicatos. En su opinión, los decretos por los que se establece la carrera profesional para médicos y personal de enfermería resultan "discriminatorios, subjetivos y dejan fuera a eventuales y personal interino". Por eso, apostó por un modelo para todas las categorías y colectivos.

Los representantes del SME volvieron a cargar contra el diseño de su carrera, que el Gobierno aprobó en noviembre de 2005 (consta de cuatro niveles) y ya se aplica con carácter retroactivo desde el 1 de enero de ese año. El modelo de enfermería se aprobó por decreto en abril de este año. Sus efectos se aplicarán de manera retroactiva desde el 1 de enero de este año. Los representantes sindicales destacaron que el decreto se ha impulsado sin acuerdo y con su rechazo expreso -en el caso de las enfermeras, incluso convocaron una manifestación por el centro de Bilbao para protestar por la situación-. En cuanto al procedimiento, criticaron que no incluya a los eventuales y aseguraron que discrimina a los profesionales de atención primaria con relación a los de los hospitales.

El foco de sus reproches se centró en los criterios de evaluación, que deciden si un médico o una enfermera han reunido los suficientes méritos para subir de nivel y cobrar la retribución correspondiente. Según el SME, el sistema elegido da cabida a la arbitrariedad, el amiguismo y a las represalias encubiertas.

Otra de sus quejas hizo referencia a que no se haya asignado automáticamente un nivel a los profesionales veteranos, como se ha realizado en otras comunidades, sin necesidad de tener que someterse ahora a una evaluación de su capacidad "cuando la llevan demostrando durante años".

La representante de ELA, Nere Urrestarazu, durante su intervención ante la comisión de Sanidad.
La representante de ELA, Nere Urrestarazu, durante su intervención ante la comisión de Sanidad.PRADIP J. PHANSE

Déficit de 480 médicos de familia

El Departamento de Sanidad pasó ayer el primer trago de una semana que se le presenta muy difícil. Aún le quedan un par de concentraciones convocadas por las centrales y la convocatoria de la huelga del Sindicato Médico de Euskadi (SME). Entre tanto, mañana está prevista una reunión de la mesa sectorial organizada por la dirección de Osakidetza.

Aunque son varios los frentes abiertos, el que más preocupa en estos momentos al departamento es el de los médicos. El secretario general del SME aprovechó su comparecencia de ayer ante la comisión de Sanidad para alertar de que se han encendido varias luces de alarma, justo las que preceden al sonido de la sirena que anuncia la catástrofe. Kepa Urigoitia admitió que en las últimas negociaciones con Osakidetza se habían acercado "algo" las posturas, pero que la convocatoria de huelga para el próximo viernes se mantiene debido a que todas las reivindicaciones forman parte de un "paquete global". "No basta con arreglar una parte; hay que afrontar el conjunto del problema", señaló el líder del SME.

En su intervención, Urigoitia reclamó un gran pacto político que blinde a la sanidad contra cualquier contingencia y que le permita estar a salvo de los cambios de gobierno que se producen cada cuatro años. En su opinión, el modelo actual, donde se da "prácticamente todo para todos" es insostenible con los recursos económicos actuales. "El mantenimiento del sistema requiere de una inversión muy importante. Hasta ahora se ha mantenido gracias a la profesionalidad y voluntarismo de los trabajadores, pero eso se acaba".

El secretario general del SME recalcó la necesidad de crear nuevas plazas de médicos. Cifró en 480 el déficit que existe en la actualidad de médicos de familia, tomando como referencia que cada uno se ocupe de un cupo de 1.500 pacientes. "El actual modelo de sanidad se debe mantener y la cartera de prestaciones también, pero hace falta más dinero", resumió.

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