Las madres de Srebrenica demandan al Gobierno holandés
La Fundación de las madres de Srebrenica, un colectivo similar al que agrupa a las argentinas de la Plaza de Mayo, presentó ayer una demanda contra el Gobierno holandés por haber permitido la matanza de 8.000 varones musulmanes en 1995 en dicha localidad Bosnia. Según ellas, las autoridades de La Haya rechazaron el apoyo aéreo brindado por las fuerzas de la OTAN poco antes de la caída de la población en manos de las tropas serbobosnias.
Protegida la ciudad por cascos azules holandeses, habría primado su integridad física sobre la suerte de los civiles que debían proteger. El resultado fue el arresto de los hombres y su posterior asesinato. El Ejecutivo holandés siempre ha negado esta explicación y asegura que fue la Alianza Atlántica la que abandonó a sus hombres. Los abogados de las demandantes han interpretado de otro modo lo ocurrido hace más de una década para interponer el escrito.
Según se desprende de sus investigaciones, el alto mando holandés en activo en el momento de la tragedia temía por la vida de sus soldados, que fueron hechos prisioneros por el general serbobosnio Ratko Mladic, jefe de las fuerzas ocupantes y ahora buscado por genocidio por la justicia internacional. En un intento de evitar bajas propias, tanto el Gobierno como las Fuerzas Armadas habrían rechazado la intervención de los bombarderos una vez que fueron aprobadas las incursiones aéreas de la OTAN.
El primer ministro democristiano, Jan Peter Balkenende, ante cuyo despacho oficial fue depositada la demanda, declinó pronunciarse ayer sobre esta versión de lo ocurrido. "Lo hará cuando haya analizado los documentos a fondo", advirtieron sus portavoces. La demanda de las madres se hizo extensiva a Naciones Unidas, "por no haber convencido a los oficiales holandeses de la oportunidad de los bombardeos".
Responsable de la matanza
Resueltas a no dejarse vencer esta vez, las madres de las víctimas de la matanza de Srebrenica no esperaron la respuesta de sus demandados. Portando carteles con los nombres de sus hombres muertos, caminaron en círculos durante largo rato frente al despacho de Balkenende, situado en el centro de La Haya. Algunas, como la presidenta de la Fundación, Munera Subasic, recordaron que llevaba 12 años esperando a que se hiciera justicia. "Si tardan mucho en contestar, cometerán de nuevo una injusticia", afirmó.
El caso de Srebrenica se ha convertido en el hecho más traumático de la historia reciente holandesa. El Gobierno socialdemócrata de la época, dirigido por Wim Kok, dimitió al sentirse responsable de la matanza. Sin embargo, el tono moral de dicha marcha no incluía la admisión de culpa. Más bien fue subrayado el carácter "imposible" de una misión desastrosa.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.