Sólo el 3% de los maltratadores es alcohólico o drogadicto

El próximo 17 de diciembre se cumplen 10 años de la muerte de la granadina Ana Orantes Ruiz, cuyo asesinato tras denunciar en un programa de Canal Sur el maltrato que sufría sirvió para despertar la conciencia social sobre la lacra de la violencia machista. Orantes, de 60 años, fue quemada viva por su marido, José Parejo, que falleció en 2004 de un infarto en la prisión de Albolote. El hijo de Orantes fue detenido en mayo de 2005 acusado de maltratar a su pareja, Cristina, que manifestó que su marido tenía "problemas con el alcohol" y que cuando se excedía en su consumo "lo pagaba" con ella.

A pesar de que el consumo de alcohol puede desencadenar malos tratos, la Unidad de Valoración Integral de Violencia de Género (UVIG), dependiente del Instituto de Medicina Legal y que colabora con la Fiscalía, ha confirmado que "en un 97% de los casos el maltratador no es enfermo, ni alcohólico ni drogodependiente".

Dolores Sánchez del Castillo, coordinadora de la UVIG, afirma que "no existe un perfil definido del maltratador, sino que son personas con una extracción social e ideológica variada". Mientras que las maltratadas con menos recursos económicos son las que mayoritariamente acuden a los servicios sociales en busca de ayuda, "el maltrato en las altas esferas es más invisible porque los médicos privados y los abogados ponen el secreto profesional por encima del deber de denuncia", asegura la fiscal Flor de Torres.