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Una bufonada en memoria de Bart de Graaff

Siempre hizo gala de sus dotes de histrión. Bart de Graaff, el fundador de la cadena BNN, murió en 2002, pero sus sucesores han conservado su legado. Anoche, tras descubriste que el programa que iba a subastar un riñón era un falso concurso, muchos en Holanda recordaron otras extravagancias de De Graaff. Y las palabras de su sucesor, Laurens Drillich, afirmando que el programa era un homenaje a su antecesor, que murió esperando un riñón, cobraron todo su sentido.

Ahora falta por saber si la broma -el falso concurso en que una supuesta enferma de cáncer iba a decidir quién recibía uno de sus riñones- tendrá el efecto deseado por las asociaciones de enfermos renales, cómplices del montaje. Como recuerda el director de la española Organización Nacional de Trasplantes, Rafael Matesanz, Holanda es un país con una tasa de donantes muy baja (10 o 12 personas por millón, frente a las 34 de España, que es líder mundial). Pero este tipo de programas no van a conseguir que haya más donantes, según la opinión de Matesanz, quien cree que para que los trasplantes funcionen hace falta que la gente vea que el proceso es "limpio y transparente".

El experto español, que es además miembro del Consejo Europeo de Trasplantes, cree que existe peligro de que suceda todo lo contrario. "Fue lo que pasó en España en 1996, cuando se publicó una historia de compraventa de órganos", dijo ayer.

El fundador de la cadena BNN, Bart de Graaff.
El fundador de la cadena BNN, Bart de Graaff.

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