_
_
_
_
Reportaje:

"Era como el diluvio"

Las inundaciones obligan a demoler 16 viviendas en la Sierra de Segura de Jaén

Ginés Donaire

"Era como el diluvio, lo nunca visto". A sus 84 años, María Josefa Cabellos aún tiene el miedo en el cuerpo y no puede dejar de pensar en la odisea vivida la madrugada del martes en su domicilio de Puente de Génave (Jaén). Una fuerte tromba de agua, con casi 100 litros por metro cuadrado en un corto espacio de tiempo, provocó la crecida del río Guadalimar e inundó casas, naves y locales comerciales, además de dejar un rastro de pavor en toda la infraestructura urbana. "La tormenta me pilló sola, todos los vecinos salieron huyendo, pero yo no pude y me tuve que subir al piso de arriba hasta que me sacaron los bomberos por la terraza", rememora María Josefa, aún con voz temblorosa.

Aunque los daños en enseres son cuantiosos, María Josefa puede sentirse afortunada, pues su vivienda no va a ser una de las 16 para las que el Ayuntamiento ha decretado su demolición por las secuelas dejadas por la riada. Otra vivienda prefabricada fue arrancada por la furia del agua y sus inquilinos, Brígida y su familia -que pudieron abandonarla a tiempo- se encuentran ahora alojados en el albergue municipal.

Cinco días después, los municipios de Puente de Génave y La Puerta de Segura, en la comarca de la Sierra de Segura, intentan recuperarse del mayor sobresalto vivido en muchos años, aunque como explica Antonio Jesús González, alcalde porteño, "lo más importante es que no hubo víctimas". Sin embargo, la normalidad aún tardará en llegar, pues las tormentas han seguido esta semana y es mucho el lodo estancado. Gregorio, Francisco Javier y Julio son tres de los voluntarios que no han parado de trabajar en las casas más dañadas de Puente de Génave, al igual que Estrella, que no dudó en acudir a achicar agua a casa de familiares afectados.

Unos 130 vecinos tuvieron que ser desalojados de sus domicilios. Entre ellos Emilio Chinchilla y su esposa Rosario González, un matrimonio octogenario de la calle Goya de Puente de Génave, junto a la ribera del Guadalimar . "Estábamos acostados y vino mi nieto corriendo a por nosotros. ¡Que viene el río!, gritaba, y nos salimos envueltos en una manta y en pijama", explica Rosario.

Ella y su marido llevan varias noches durmiendo en casa de familiares, y cuando acuden a su vivienda es para emocionarse por todos los enseres que han perdido. "Tendrán que ayudarnos, porque con la pensión de mi marido no podemos recuperar todo lo perdido", exclama. En la misma calle viven Pedro Bautista y su esposa Encarnación García, cuya casa será una de las que se demolerá por su proximidad al cauce del río, aunque el Consistorio ha garantizado que se construirán otras en una zona más segura. "En apenas unos minutos, el agua subió casi dos metros, nos fuimos corriendo pues si esperamos cinco minutos más morimos ahogados", narra nerviosa Encarnación, que al estar operada de las rodillas hacía la vida en la planta baja de su casa, que quedó totalmente anegada y sin nada que salvar.

Puentes superados

El río Guadalimar ha ayudado a conformar la identidad de estas dos localidades segureñas. A finales del siglo XIX se construyó en Puente de Génave un puente réplica de otro romano, que formaba parte de la vía romana que unía el valle del Guadalquivir con Cartagena. Estaba pensado para dar una mayor seguridad a la zona, pero lo que nunca sospecharon los vecinos es que el agua brincara por encima de él cuando el cauce se desbocó el pasado miércoles. Juan Martínez, secretario del Ayuntamiento, lamenta incluso que se haya perdido por completo el paseo construido hace un mes sobre la ribera fluvial. Solamente en mobiliario urbano, los daños en este municipio de poco más de 2.000 habitantes se han estimado en casi 700.000 euros. También en la vecina localidad de La Puerta de Segura se construyó en la década de los noventa el paseo del Guadalimar, levantado junto al antiguo puente de época musulmana, cuya estrechez provocaba frecuentes inundaciones, pero ninguna de esta dimensión, como asegura Juan José Herrera, que junto a sus hijos y nietos observa, estupefacto, los efectos de la riada. "Tuvimos que esforzarnos para que no se inundara la avenida principal del pueblo, nunca habíamos visto una catástrofe de esta naturaleza", señala el alcalde de La Puerta. Un centenar de familias de esta población de 2.600 habitantes ha declarado ya daños en sus casas.

Ayudas de emergencia

Los dos ayuntamientos han pedido en sus plenos la declaración de zona catastrófica. El Consejo de Ministros aprobó el viernes un paquete de ayudas urgentes para los afectados por las inundaciones de Jaén y de otras provincias. Las ayudas no se han cuantificado a la espera de una evaluación definitiva de los daños.

Lo mismo ocurre con la orden anunciada por la Junta de Andalucía para conceder ayudas de emergencia destinadas a la reparación de viviendas e infraestructuras municipales.

Además, se ha pedido a los agricultores que cuantifiquen los daños en sus explotaciones. Y eso en una comarca que, en el invierno de 2005, sufrió un nuevo revés pues las fuertes heladas dañaron más de 4.200 hectáreas de olivar hasta el punto de tener que arrancarse de cuajo cientos de ellos, sin que aún hayan podido recuperar su capacidad productiva.

La patronal Asaja ha indicado que más del 80% del olivar de las comarcas de Segura y Mágina se ha visto ahora afectado por las tormentas. En Segura han cifrado los daños en 20 millones de euros.

Asaja, que demanda exenciones fiscales para los agricultores afectados, ha criticado que hace un par de años un grupo de vecinos ya alertó a la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir de los riesgos que corrían sus viviendas ante las obras y vertidos ilegales de residuos sobre el cauce del Guadalimar.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_