La batalla de Tarragona
No fue casualidad que José Montilla y Artur Mas coincidieran ayer en Tarragona el último día de campaña. En las urnas de esta ciudad se librará mañana la principal batalla fuera de Barcelona. Convergència i Unió se juega allí mantener su principal centro de poder o bajar a la segunda división del poder territorial.
El presidente de la Generalitat exige a CiU que evite cualquier pacto con el PP si no retira los recursos contra el Estatuto
Los nacionalistas alertan del "peligro" de la extensión del tripartito a nuevas ciudades y diputaciones
Mas y Montilla se vuelcan el último día de campaña en la única capital catalana gobernada por Convergència i Unió
Sin el histórico alcalde Joan Miquel Nadal (CiU) todo es posible. "Está todo muy abierto", reconocía ayer su sucesor como alcaldable convergente, Joan Aregio. Éste reconocía que, pese a que las encuestas le otorgan en el mejor de los casos un concejal menos que el PSC, no se conforma con un empate. Aregio encarna la defensa del último bastión de CiU y alerta contra un tripartito en Tarragona. "No estamos incidiendo especialmente en el peligro que representaría la acumulación de poder en Cataluña en las mismas manos, pero resulta evidente", dice el candidato.
CiU ha gobernado ininterrumpidamente en Tarragona desde 1989, cuando una moción de censura aupó a Nadal a la alcaldía. En el PSC, el equipo de Josep Fèlix Ballesteros confía precisamente en aprovechar el desgaste acumulado y, sobre todo, el hecho de que no repita Nadal como candidato. Es cierto que CiU obtiene más votos en las municipales que en unas legislativas, algo que el PSC atribuye al "efecto Nadal", es decir, al arrastre de votos hacia CiU del carismático líder.
Los socialistas, que en 2003 redujeron hasta un solo concejal su diferencia con CiU -quedaron 10 a 9-, esperan capitalizar "las equivocaciones del equipo de Gobierno: desde el escándalo urbanístico de Terres Cavades hasta la pugna de CiU y PP por el notario o la lucha interna por la sucesión de Nadal".
Desembarco convergente
Estas fuentes socialistas subrayaban ayer una diferencia entre las campañas de PSC y de CiU. Mientras que la de ayer fue la primera aparición de José Montilla en Tarragona, CiU ha recurrido en múltiples ocasiones a Duran Lleida, Artur Mas o Jordi Pujol. Todos han pisado suelo tarraconense o en dos o en tres ocasiones durante la campaña, lo que, según estas fuentes, indica el grado de nerviosismo en las filas rivales ante la posibilidad de perder su principal bastión.
De fracasar en Tarragona, CiU podría perder también su actual mayoría en la Diputación Provincial y su poder real en Cataluña quedaría relegado a ayuntamientos como Valls, Sant Cugat del Vallès o Vic. En la capital de Osona la victoria convergente tampoco se augura tan clara después de la marcha de su carismático alcalde, el democristiano Jacint Codina.
Montilla no se anduvo con medias palabras. Le dio a Convergència i Unió donde más le duele: sus pactos con el Partido Popular. El presidente de la Generalitat y primer secretario del PSC emplazó a CiU a evitar cualquier pacto con los populares mientras éstos mantengan sus recursos de inconstitucionalidad sobre el Estatuto. Montilla emplazó a CiU a exigir al PP que "por dignidad y coherencia" reclame al Partido Popular la retirada de estos recursos. Y, por supuesto, no limitó esta petición a la política autonómica o nacional: tampoco puede haber pactos en los ayuntamientos con el actual Partido Popular.
Dicho esto, Montilla se mostró plenamente confiado en la victoria del PSC en Tarragona. "Entre las muchas alegrías que tendremos los socialistas catalanes, ésta será una de las más aplaudidas", dijo, y situó al PSC como única alternativa a un gobierno de PP y CiU. CiU en Tarragona se manifiesta "abierta" a cualquier pacto poselectoral, aunque desde el PSC dan prácticamente por descartada la opción de la sociovergencia, que funcionó en la ciudad entre 1995 y 1999.
El presidente de CiU, Artur Mas, no esperó ni a llegar a Tarragona para responder al órdago de Montilla. El líder nacionalista desdeñó en un mitin en Barcelona el emplazamiento de Montilla sobre el PP y el Estatuto, y exigió a los socialistas catalanes que dejen de apoyar al PSOE de Zapatero "si no despliega el Estatuto". Ya en pleno mitin, Mas abominó una vez más del tripartito. "Lo que no queremos para Cataluña, tampoco lo queremos para Tarragona".
La reñida campaña de Tarragona entre CiU y PSC ha dejado poco espacio al resto de candidatos. Y eso que las candidaturas presentadas son, ni más ni menos, que 13. El PP, apoyo de CiU en el Ayuntamiento desde 1999, ha perdido en este mandato una de sus caras más visibles en la ciudad: la que había sido concejal de Patrimonio durante ocho años, Maria Mercè Martorell.
La ex popular lidera una formación independiente a la que, como ocurre con Ciutadans, ninguna encuesta le otorga representación. ERC, con el diputado Sergi de los Ríos al frente, se ha mantenido durante la campaña al margen de las acusaciones entre CiU y PSC, y aspira a aumentar sus dos concejales actuales. Eso sí, los republicanos han intentado mantener en Tarragona su posición equidistante tantas veces reivindicada entre CiU y PSC. Sergi de los Ríos no ha descartado apoyar al convergente Joan Aregio en detrimento del tripartito. Iniciativa, por su parte, repite candidato, Lluís Balart, completamente partidario de la alianza de la izquierda.
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