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Juicio por el mayor atentado en España | 11-M
Columna
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Presidente, ponente y abogado del diablo

En una sesión puede concentrarse la esencia de un juicio. Si se repasan los gestos, mohínes y desdén de los letrados de acusaciones impostoras que dicen acusar en nombre de víctimas, si se toma nota de algunos abogados que hacen profesionalmente su trabajo, si se analizan las explicaciones de los peritos, y si, sobre todo, se sigue la conducta del presidente del tribunal, Javier Gómez Bermúdez, la jornada de ayer lo resume todo.

Hace una semana, Gómez Bermúdez anticipó el hecho probado de que ETA nada tiene que ver con el 11-M y se lo pasó por el rostro a los impostores. Ayer ofreció otra primicia: hizo de abogado del diablo y logró que los peritos dijeron algo de sentido común, esto es, que aún en el caso de que el explosivo utilizado en el atentado del 11-M fuese Titadyn, que no lo es, su peso sería mínimo en todas las pruebas sobre el carácter yihadista de la operación.

Han tenido más de tres años para preparar el interrogatorio de los peritos de la policía sobre los posibles vínculos entre ETA y los yihadistas, tres años y ríos de tinta en los medios de la conspiración. Es decir: la jornada de oro para mostrar a los españoles cómo se les ha engañado, cómo lo que habían asegurado Aznar y Acebes con información y Rajoy por convicción era verdad.

Y las acusaciones impostoras van y hacen un interrogatorio mediocre sobre los teléfonos Alcatel, el comando Guruntza, las relaciones entre ETA, Al Fatah y Hamás, la pretendida fórmula inexistente de la cloratita, sobre si ETA siempre ha reivindicado o no sus atentados, la contratación de mercenarios para cometer atentados, las relaciones con el partido marroquí Istiqlal y las caravanas de la muerte. El tono afectado en la alocución sólo sirve para salvar la cara. La técnica de los teléfonos utilizados por ETA en tres casos para activar bombas y los teléfonos-temporizadores del 11-M, afirmaron los peritos, nada tienen que ver.

Toda la patraña de Agustín Díaz de Mera sobre la manipulación del informe fue desnudada por cinco peritos de la policía, entre ellos por el "hombre y la mujer" que según el eurodiputado firmaron el informe solicitado por el comisario Domingo Pérez Castaño para el juez Juan del Olmo.

Y al hilo de este interrogatorio, Gómez Bermúdez aprovecha para hablar sobre el explosivo. Fue durante el turno de la defensa de Rafá Zouhier, quien preguntó a los peritos si la marca Goma 2 ECO o Titadyn del explosivo usado no indicaría la relación de ETA con los yihadistas. "No es lo más importante", dice un perito.

-Y si es Titadyn, ¿cuál sería el peso de este dato en el informe final?, inquirió el presidente. Si el explosivo fuese otro...[diferente a la Goma 2 ECO]

-Yo creo que mínimo, afirma el perito.

-¿Pero mínimo si cambia el explosivo?, insiste el presidente.

-Si el explosivo es Titadyn su peso sería mínimo, dice una perito. En las llamadas telefónicas no hay ninguna relación con ETA; no hay relaciones personales; la dinámica de funcionamiento de ETA nada tiene que ver con la de los islamistas; están las huellas y los ADN; ETA hace una llamada a Gara desmarcándose el mismo 11...

El presidente hubiese declarado impertinente estas preguntas hipotéticas a cualquier letrado. Pero, claro, nadie se las puede declarar a él. Ha conseguido que los peritos digan aquello que él como abogado de la acusación hubiese buscado. El explosivo es una prueba. Pero ni la única ni la más relevante.

Javier Gómez-Bermúdez.
Javier Gómez-Bermúdez.SCIAMMARELLA

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