"Pepe, cuando damos estas cosas por decreto queremos una comisión"
José Burgos Leiva es el empresario que grabó con ayuda del Cuerpo Nacional de Policía una conversación en la que el edil de Urbanismo de Alhaurín el Grande (Málaga, 20.000 habitantes), Gregorio Guerra, le pedía 121.600 euros a cambio de no paralizarle las obras de 13 viviendas. La cinta terminó el 18 de enero con la detención del edil y del alcalde, Juan Martín Serón, ambos del PP. El empresario detalla en una entrevista a EL PAÍS el supuesto cohecho. Burgos, de 48 años, asegura que Guerra le pidió esa "comisión" cuatro veces entre septiembre de 2006 y la víspera de los arrestos, y afirma que el edil quería el dinero "en billetes y a cambio de un recibí".
"En total, Gregorio me pidió el dinero en cuatro ocasiones, pero nunca he hablado de este tema con el alcalde"
"Cuando le pregunté para qué quería el dinero, el concejal de Urbanismo me respondió: 'Eso a ti no te importa"
"El concejal Gregorio Guerra me pidió 20 millones de pesetas en billetes a cambio de un recibí, no había justificante de nada"
El caso Alhaurín sigue su instrucción bajo secreto de sumario. Juan Martín Serón y Gregorio Guerra, en libertad bajo fianza de 100.000 euros, repiten como número uno y número tres en las listas del PP en las elecciones del próximo domingo.
Pregunta. ¿Cómo empezó su relación con el Ayuntamiento?
Respuesta. En 2005 compré un solar en Alhaurín con un proyecto para construir cinco viviendas. Mi arquitecto me dijo que con las nuevas normativas se podían hacer 13 viviendas y un apartamento de 30 metros cuadrados. Así que presentamos un nuevo proyecto, pero el arquitecto municipal me lo denegaba por escrito una y otra vez. Mi arquitecto presentó en el registro ocho escritos entre el 25 de abril de 2005 y el 8 de marzo de 2006. Así que fui a hablar con Juan Martín Serón, que era amigo mío desde niño. Le dije que me corría prisa que me arreglara lo de la parcela porque posiblemente yo tendría que entrar en la cárcel por la condena pendiente de obstrucción a la justicia. Me dijo "no te preocupes, hombre, que lo vamos arreglar, y no te juntes con malas compañías". Se me saltaron las lágrimas.
P. ¿Al final se arregló el aumento de edificabilidad?
R. Efectivamente. El 24 de abril de 2006 me dieron la licencia por decreto. Esa licencia me permite hacer 14 casas y un apartamento de 30 metros cuadrados. Me la dieron por decreto saltándose al arquitecto municipal. La licencia la saqué el 11 de mayo de 2006 después de pagar 15.290,63 euros al Ayuntamiento con un cheque.
P. Ya se podía construir...
R. Sí, pero al poco tiempo de tener la licencia me vencieron los plazos en el banco, me quedé sin dinero y me salió un comprador. El 26 de mayo de 2006 vendí la parcela con proyecto y licencia al empresario cordobés Antonio del Río. Este puso el proyecto y la licencia a su nombre y el Ayuntamiento lo aceptó sin problemas. Pero aquí empezaron mis problemas.
P. ¿A qué se refiere?
R. En septiembre de 2006 me llamó Gregorio Guerra por teléfono para que me pasara por su despacho municipal al día siguiente. Hablamos un rato de lo de los juicios con mi ex mujer, y luego me dice: "Bueno, Pepe, yo te he llamado por lo siguiente: nosotros normalmente cuando damos estas cosas por decreto queremos una comisión".
P. ¿Utilizó la palabra "comisión" exactamente?
R. Sí, sí, la utilizo: una "comisión", dijo, y yo contesté: "Una comisión en concepto de qué, ¿para qué?", y él me respondió: "Bueno eso a ti ya ni te va ni te viene, no es cosa tuya". Le pregunté cuánto quería que pagara, porque ya había pagado la licencia y el proyecto, y luego, para ganar tiempo, le dije que tenía que consultar con mi socio. Me dijo que hablara con mi socio y que ya le contestaría.
P. ¿Esa fue la primera vez que le pidió dinero?
R. Sí, en total hablamos de eso cuatro veces, pero en la primera no hablamos de cantidades. La segunda visita fue tres semanas después. Le digo: "Vamos a ver, ¿cuánto es el tema, el dinero que te tengo que dar?". Y me responde: "24 millones de pesetas". Yo le digo: "¿No te parece excesivo". Y él: "No, porque tú sabes que ahí sólo se podían hacer cinco viviendas y se van a construir 13". Y añadió: "Es que la licencia te la hemos dado nosotros por decreto porque hemos querido, tú sabes que el arquitecto municipal no quería dártela".
P. ¿Llegaron a algún acuerdo?
R. No. Yo le propuse que me contratara una obra y que yo cobraría sólo la mitad y el resto lo aportaría gratis. Él me dijo que ya hablaríamos.
P. ¿Para qué pensaba que era ese dinero que le pedía Guerra?
R. Pues para el alcalde, la teniente de alcalde y para el concejal de Urbanismo. Lo pensé porque he oído en la calle a muchos constructores que han pagado comisiones.
P. ¿Cuándo fue la tercera conversación?
R. En noviembre. La policía ya sabía del tema y a este encuentro fui con una grabadora que me puso la policía, pero la juez no aceptó la grabación. Hablamos de la comisión y yo le di largas de nuevo.
P. La cuarta y última conversación fue la víspera de las detenciones del alcalde y el concejal de Urbanismo, ¿cómo la recuerda?
R. Gregorio me había llamado la víspera. A las nueve estaba yo como un clavo allí y con la grabadora que me puso la policía. Me dice: "Vamos a ver, Pepe, ¿qué va a pasar con esto?". Y yo: "Mira Gregorio, yo he hablado con mi socio y me dice que no está dispuesto a pagar, pero yo sí quiero pagarlo, así que dime a qué ventanilla voy". Y él me dice: "No, así no".
P. ¿Cómo había que pagar?
R. Me dijo: "Lo tienes que pagar de la siguiente forma: ¿conoces a la empresa Conextran?". Y yo le contesto: "Sí, la empresa de Manolo Márquez, que tiene maquinaria y trabaja con ustedes". Y me dice: "Sí, pues es a él a quien le tienes que entregar el dinero". Y yo: "¿Cuánto?". Y él: "24 millones, pero vamos a dejarlo en 20".
P. ¿Cómo reaccionó usted?
R. Le dije que no me parecía correcto porque yo no tengo dinero negro, y para pagar la comisión tendría que ir al banco, pedir un préstamo y lo tendría que justificar ante Hacienda, y le pregunto qué me iba a dar Conextran como justificante. Y él va y me dice que "un recibí". Yo le contesté que a cambio de un recibí no le iba a pagar nada, y que yo pagaba al Ayuntamiento a cambio de una factura del Ayuntamiento.
P. ¿Cómo había que pagar?
R. En metálico, me dijo, en billetes. Yo esa cantidad en billetes no la tenía y el de Conextran me daría un recibí, vamos, que no había justificante de nada.
P. ¿Llegó a hablar con el dueño de Conextran?
R. No, nunca.
P. Sigamos con la conversación con Guerra...
R. Le dije: "Como no tengo dinero y ya he pagado mi proyecto y mi licencia y he pagado todo lo que tenía que pagar en el Ayuntamiento, en Hacienda y en todos los lados, si no justificáis yo no pago un duro". Y me dice: "Eso no es lo que me dijo Juan Martín. Juan Martín me dijo, fíate de Pepe, que no hay problema con Pepe". Y yo le digo: "Pues se ha equivocado. Yo pago el dinero si las normas son así, pero si yo te pago 20 millones te doy el solar a ti o a Conextran". Y me dice: "Eso no es lo que me dijo a mí Juan Martín". Al escuchar esto y quedar grabado, me levanté para irme y Gregorio me dice: "Pues que sepas que de hoy a mañana la obra se para". Y yo digo: "Pues párala, la obra no es mía, es de un señor al que se la he vendido, pídele el dinero a ese señor, no a mí". Entonces me fui adonde yo había quedado con la policía, me quitaron los micrófonos, se los llevaron a la jueza. Esa noche les detuvieron.
P. ¿El alcalde le pidió dinero personalmente alguna vez?
R. No, nunca. Ni he hablado con él nunca sobre el tema.
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