El testigo se siente "perseguido"
José Burgos Leiva, el fontanero metido a promotor inmobiliario que destapó el caso Alhaurín, se expresa toscamente pero eso no le impide hablar claro. El principal testigo de cargo en la causa por la trama de corrupción de Alhaurín el Grande asegura que desde que Juan Martín Serón y Gregorio Guerra fueron detenidos por cohecho, él ha estado "perseguido por la Policía Municipal". "Están pendientes de mis movimientos y me acosan", asegura. "Hago vida normal, pero nada más ver mi coche aparcado, inmediatamente tengo a la Policía Municipal detrás llamando por telefono a la Guardia Civil, y la Guardia Civil la tengo a un kilómetro en un control".
Burgos anuncia que se querellará contra el alcalde, Juan Martín Serón, que le ha acusado de "maltratador de mujeres". "Tengo una condena de año y medio por violencia psíquica contra mi ex mujer y otra de año y medio por obstrucción a la justicia", reconoce. Ambas condenas han sido confirmadas por la Audiencia Provincial de Málaga, "pero el juzgado ha admitido una querella contra mi ex mujer y su testigo por falso testimonio en ese caso, y todavía no se ha resuelto", asegura.
"Nunca he maltratado a la que era mi ex mujer. No tengo una denuncia por malos tratos, sino que es ella la que me ha hecho mucho daño a mí, pero yo a ella no le he hecho nunca daño. En la vida le he pegado, ni tengo denuncia por malos tratos".
El próximo día 29, Burgos se enfrenta a un juicio por supuestas amenazas al secretario personal del alcalde. El fontanero, padre de cuatro hijos, asegura que "nunca" ha tenido relación con esta persona. "Ni le he insultado ni le he hecho nada", afirma.
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