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Crónica:La otra mirada | Elecciones 27M
Crónica
Texto informativo con interpretación

Un raro impulso

Juan José Millás

Ésta ya no es la España de Puerto Hurraco. Incluso los crímenes agrarios se empiezan a ejecutar con método. Por eso no sabríamos decir si el de Fago fue un asesinato rural llevado a cabo desde una mente urbana o un crimen urbano llevado a cabo desde una mente rural. Lo cierto es que la autoridad competente tardó más de 20 días en detener al presunto asesino, pese a que los sospechosos se contaban con los dedos de una mano. Tal es quizá la lección principal de este caso en una época en la que los periódicos han renunciado a la sección de sucesos por falta de oferta (la demanda no cesa, es la verdad).

Fago es un bellísimo pueblo aragonés, situado a más de 888 metros de altura en el valle de Ansó, comarca de La Jacetania. Tiene 25 habitantes y quizá no muchas más casas, todas ellas de piedra y madera. Parece un pueblo hecho a mano por un experto en belenes de Navidad. Ya sólo se ven conjuntos así en las postales y en algunos cuadros de pintores de provincias. Parece Suiza, por citar un paisaje que está en el imaginario de todos. Pero su ambición artística no se reduce a la arquitectura y al paisaje: su página web, por ejemplo, incluye varios párrafos con ambiciones literarias, como aquel que dice que este pueblo protagonizó "un tipo de migración temporal fundamentalmente femenina que, como las golondrinas, cruzaban los puertos en San Miguel (otoño) para ir a trabajar en las fábricas de alpargatas de Mauleón (Francia) o como sirvientas en casas del otro lado de la frontera y regresaban con el buen tiempo, coincidiendo con la vuelta de los ganados de tierra baja".

Ese "como las golondrinas" alivia, si no oculta, las penalidades de aquellas mujeres que en invierno trabajan para los señores y en verano para las vacas. La literatura al servicio del orden social establecido. Quizá fue la literatura lo que hizo decir al presunto asesino, Santiago Maynar, que mató al alcalde de Fago, Miguel Grima, dominado por un "impulso raro". Eso sólo se puede decir bajo la influencia directa o indirecta de Camus (lo maté porque hacía sol). Un impulso raro, ya ven, que no impidió la premeditación ni, quizá, la alevosía, un impulso raro que implicaba un grado de planificación criminal considerable. Había que colocar, por ejemplo, un obstáculo en la carretera por la que esa noche tenía que pasar el alcalde con su Mercedes. Había que confiar en que se bajara del coche para retirarlo, había que esperar que regresara para dispararle de frente, había que alejar el cadáver y el automóvil del lugar de los hechos, había que deshacerse de la escopeta (que sigue sin encontrarse), había que volver a casa y echarse a dormir. Y después venía lo más difícil: salir durante más de 20 días en los periódicos y en las televisiones confesando con toda la cara el odio que se le tenía a la víctima. Un impulso raro.

Ahí tienen a Santiago Maynar unos días antes de su detención, seguramente haciendo declaraciones a la prensa. Parece un hombre tranquilo, interesante, experto en algo, pero tiene impulsos raros que lleva a cabo (presuntamente) con bastante precisión. Pasado ya algún tiempo del suceso, nos queda la impresión de que, al contrario del de Puerto Hurraco, este crimen no nos enseñó nada acerca de nosotros mismos. Un crimen sin significado, en fin, cometido en un bello paraje, a 888 metros de altura y a 116 kilómetros de Huesca.

Santiago Maynar, guarda forestal de Fago (Huesca), el 21 de enero de 2007, antes de ser detenido como presunto asesino del alcalde.
Santiago Maynar, guarda forestal de Fago (Huesca), el 21 de enero de 2007, antes de ser detenido como presunto asesino del alcalde.CRISTÓBAL MANUEL
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Sobre la firma

Juan José Millás
Escritor y periodista (1946). Su obra, traducida a 25 idiomas, ha obtenido, entre otros, el Premio Nadal, el Planeta y el Nacional de Narrativa, además del Miguel Delibes de periodismo. Destacan sus novelas El desorden de tu nombre, El mundo o Que nadie duerma. Colaborador de diversos medios escritos y del programa A vivir, de la Cadena SER.

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