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La sindicatos temen por el futuro de Chrysler tras su venta a un fondo

Los resultados anunciados ayer por la todavía dirección de DaimlerChrysler correspondientes al primer trimestre del ejercicio de este año abundan en la senda de pérdidas que sigue la filial americana desde hace algún tiempo. La facturación de Chrysler en ese periodo ha sido de 10.200 millones de euros, un 18% menos que en el mismo trimestre de 2006, con una caída de las ventas (642.000 vehículos) del 8%. Un resultado que les ha llevado a registrar unas pérdidas de 1.485 millones de euros entre enero y marzo de este año.

Los resultados se han hecho públicos un día después de anunciarse el acuerdo de venta del 81% de Chrysler al fondo de inversión estadounidense Cerberus por 5.500 millones de euros. Hace nueve años, Daimler pagó por Chrysler 36.000 millones de dólares (26.700 millones de euros) en lo que se llamó un "acuerdo entre iguales", la mayor operación realizada a ambos lados del Atlántico, que ha terminado en un sonado y anunciado divorcio ante las dificultades iniciales y la imposibilidad posterior de complementar la cultura de los dos grupos empresariales.

Las reacciones a la operación de venta anunciada el lunes no se han hecho esperar. Ya ha despertado algunos temores y ha provocado las primeras divergencias entre los sindicatos más representativos de esta actividad industrial en Norteamérica.

Así, mientras Ron Gettelfinger, presidente de United Auto Workers, sindicato mayoritario en el Grupo Chrysler, se mostraba satisfecho con la operación anunciada, su homónimo en Canadian Auto Workers (CAW), Buzz Hargrove, manifestaba una gran preocupación por el futuro de la compañía, tras el acuerdo alcanzado con el fondo de inversión.

Unos días antes se publicaban en la prensa local las preferencias de UAM por la opción del fabricante de componentes Magna y los temores a que el fondo de inversión se desprendiese paulatinamente del patrimonio de uno de los tres grandes de Detroit.

Compromiso por escrito

Poco después de que el presidente y consejero delegado del Grupo Chrysler Tom Lasorda anunciase que no había planteados nuevos recortes de plantilla asociados a la operación de venta, el dirigente del sindicato canadiense solicitaba desde Toronto ese compromiso por escrito.

Hargrove no oculta sus temores de que Cerberus se desprenda rápidamente de las actividades más deficitarias y ponga en valor los activos más importantes. Las filiales financieras de Chrysler, con una cartera valorada en 57.000 millones de dólares (42.097 millones de euros), y la de General Motors, adquirida hace tiempo, son dos piezas importantes en el desarrollo de la nueva compañía.

Por otra parte, el grupo francés Renault informó ayer de que sus ventas en el mundo, que incluye la marca del mismo nombre, Dacia y Samsung, bajaron un 4,8% en el mes de abril. El descenso se debió, sobre todo, a la caída del negocio registrada, de nuevo, en Europa.

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