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Reportaje:Conflicto por la red eléctrica en Valencia

"¿Dónde está Rita? ¡En el barco!"

Los vecinos responsabilizan a la alcaldesa de Valencia y a Iberdrola de la explosión

Miquel Alberola

A las 10.45, cuando la policía retiró el cordón de seguridad de la calle Vicente Parra, Juan Ángel Alcázar no sabía si iniciar su jornada laboral como si nada o si cerrar su taller e irse a casa. A las ocho de la mañana se encontraba a la puerta del taller Quatre Rodes, situado ante la subestación eléctrica, subiendo la persiana metálica. Entonces se produjo la explosión. "Ha sonado muy fuerte, me ha tirado al suelo y si no hubiese estado la valla me hubiese partido por la mitad", relataba excitado.

La explosión también sorprendió a Agustín, un jubilado muy comprometido contra la subestación, que como todas las mañanas entre las 7.30 y las 9 se encontraba con otros compañeros con las pancartas desplegadas ante el edificio antiguo de la subestación, en la calle de Gaspar Aguilar. "La explosión ha sido bastante fuerte", cuantificaba. Agustín vio que inmediatamente alguien salía corriendo de la calle Vicente Parra: "La humareda era tal que no podías ni respirar". Según su relato, varios trabajadores salieron de la subestación y echaron a correr. Sin embargo, Iberdrola negaba que hubiese operarios en el interior.

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Otro vecino, Tomás, recordaba que la noche anterior, sobre la 1.15, ya se había ido la luz en el barrio. "Esto no ha sido un accidente, llevamos dos años diciendo que podía pasar y ha pasado", manifestaba. Sobre la explosión planeaba a primera hora la posibilidad de que se hubiese tratado de un atentado, sin embargo, Rafaela Amezcua, presidenta de la Asociación de Vecinos de Favara, explicaba que dada la seguridad de que está dotada la subestación (con vallas y cámaras) era "imposible acceder". "El atentado ha sido poner la subestación aquí", replicaba Margarita, otra vecina también con el ánimo caliente. Ella recordaba que la noche anterior el ruido que emite la subestación era superior a lo habitual y que se produjeron algunos cortes de suministro.

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Mientras tanto, la indignación del centenar de vecinos que se habían concentrado ante la subestación afloraba en forma de consignas: "¡No es inocua, es peligrosa!", "¡Esto tiene que desaparecer del barrio!", "¡La subestación fuera de la población!". Una de las vecinas con megáfono en mano convocaba a una concentración por la tarde y aprovechaba para criticar el silencio que acerca del conflicto han tenido los medios públicos valencianos: "Canal 9 hoy viene, cuando ha habido una desgracia. ¡En dos años no ha venido!".

La llegada de la candidata socialista Carmen Alborch al lugar de los hechos encendió la mecha contra la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá. Unos vecinos, con insistencia y al unísono preguntaron "¿Dónde está Rita?", mientras otros respondían: "¡En el barco, en el barco!". Lo que enseguida dio lugar a una queja náutica: "¡Patraix se ahoga mientras navega Iberdrola!", en alusión al Desafío Español, patrocinado por la empresa eléctrica.

Por la tarde, una manifestación de unos 2.000 vecinos recorrió las calles del distrito de Patraix coreando consignas contra la ubicación de la subestación y contra Rita Barberá, a la que la Comisión pro Traslado de la Subestación, integrada por las asociaciones de vecinos de Favara y Patraix, considera responsable de la ubicación de la instalación eléctrica por su "empeño personal". Los representantes vecinales calificaron la subestación de "chapuza" de Iberdrola "con el apoyo de Rita Barberá" y recordaron que tienen 15 denuncias en los juzgados por las presuntas irregularidades que presenta la actividad de la infraestructura.

Asimismo, criticaron a Iberdrola por "disfrazar" la información al afirmar que no se había producido afectaciones externas y presentaron un trozo de una pieza eléctrica y varios pedazos de cristales pesados que fueron expelidos a la calle por la explosión como prueba. "Si hubiesen caído sobre alguien, ahora estaríamos lamentando la desgracia", aseguraron. Los representantes vecinales exigieron la dimisión de Rita Barbera y la clausura y el traslado inmediato de la subestación fuera de Valencia.

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Sobre la firma

Miquel Alberola
Forma parte de la redacción de EL PAÍS desde 1995, en la que, entre otros cometidos, ha sido corresponsal en el Congreso de los Diputados, el Senado y la Casa del Rey en los años de congestión institucional y moción de censura. Fue delegado del periódico en la Comunidad Valenciana y, antes, subdirector del semanario El Temps.

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