Delitos reales de seres virtuales
Alemania investiga a un supuesto grupo de pederastas en el mundo ficticio de 'Second Life'
Aquí una noticia real sobre algo que nunca ha ocurrido. Va sobre niños abusados y pedófilos que no existen, sobre seres sin sentidos que se sienten acosados sexualmente y sobre un Departamento de Prevención de Pornografía Infantil que investiga hechos que podrían ser ficticios.
El embrollo se explica porque todo esto ha ocurrido en Second Life (SL), un universo paralelo en la Red que imita la vida real, donde miles de residentes tienen los medios para cambiar el mundo y hacer prácticamente lo que les da la gana. La semana pasada, un programa del canal de televisión alemán ARD se metió en esta ficción para descubrir que un grupo de avatares -así denominan los usuarios a sus otros yo- ocupaban un club virtual en el que seres informáticos mantenían sexo con menores cibernéticos. La investigación de los periodistas reales hizo que el fiscal Peter Vogt, del Departamento de Prevención de Pornografía Infantil, anunciase de forma tajante: "Vamos a descubrir quién está detrás de todo esto".
Agentes de tres países analizan si el acoso sexual en este universo paralelo es un crimen
A poco que se piense las declaraciones del fiscal crean una cascada de problemas. El principal, y obvio, es que ni los pedófilos ni sus víctimas existen realmente, sólo las personas que juegan a representar ese papel. El segundo es que en Second Life no pueden entrar niños ya que uno de los requisitos para acceder es proporcionar los datos de una tarjeta de crédito. O sea, que los usuarios que están detrás de los avatares que supuestamente fueron abusados son mayores de edad, libres y capaces de decidir si quieren o no tener sexo on line en tres dimensiones.
Otra cosa que está por ver es si el grupo intercambiaba además imágenes pornográficas de niños reales, en cuyo caso sí se trata de un caso de pedofilia con su pena correspondiente. De ser así, los datos de la tarjeta de crédito conducirán a los criminales sin mucha dificultad. Por lo pronto, Linden Lab, la empresa fundadora, ha declarado que ayudará a identificar a los usuarios y proporcionará la información necesaria a las autoridades.
La Policía española no ha recibido ninguna denuncia sobre delitos virtuales en Second Life. "No se puede cometer un crimen si las cosas no pasan realmente. Si alguien se siente atacado podría apagar el ordenador". Sí ven posible que alguien use el juego para hacerse con archivos de pornografía infantil.
Los agentes de otros países han ido más allá. El pasado domingo, el Sunday Times afirmaba que policías de Reino Unido, Holanda y Bélgica estaban investigando abusos sexuales en Second Life. Trataban de ver si las vejaciones y asaltos que sufren en ocasiones los avatares pueden ser considerados delitos. Así lo creen algunos usuarios, que aseguran haber sido violados, cibernéticamente hablando. El periódico británico no publicaba ningún testimonio que explicase por qué las segundas vidas no se cambiaban de avatar o se salían del juego antes de ser abusados.
Second Life tiene sus propias reglas, las llamadas big six o seis grandes normas que pueden llevar a la expulsión y entre las cuales se encuentra cualquier tipo de acoso. Las leyes reales tienen difícil aplicación con los crímenes virtuales. En cualquier caso, y tratándose de un universo que se mueve en un espacio sin territorio ni cielo, qué legislación podría aplicarse teniendo en cuenta que no todos los países tienen las mismas leyes.
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