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La dimisión del 'número dos' de Justicia aumenta la presión sobre Gonzales

Tres colaboradores del fiscal general de EE UU han dejado el puesto en dos meses

Paul McNulty, el número dos del fiscal general de EE UU, Alberto Gonzales, dimitió ayer de su cargo, según informó en un comunicado el propio departamento. Ésta es la tercera dimisión que se produce en el equipo de Gonzales, que ve cómo aumenta la presión sobre él tras la polémica purga de ocho fiscales generales aparentemente por motivos políticos.

La primera dimisión en el entorno de Gonzales se produjo el pasado 12 de marzo: fue la de su jefe de personal, Kyle Sampson. Posteriormente, el 6 de abril, renunció a su puesto Monica Goodling, una de las asesoras más cercanas al fiscal general, quien se marchó tras subrayar que se negaría a testificar ante el Congreso sobre el despido de los ocho fiscales federales.

En el comunicado difundido ayer, Gonzales sostiene que con la salida de McNulty, Justicia pierde a un "líder dinámico y considerado" y se recalca que el número dos del departamento abandonará sus funciones después del verano. Fuentes gubernamentales restaron trascendencia a la decisión y aseguraron que McNulty ya había dejado claro tras ser designado, a principios de 2006, que no quería estar más de dos años en el cargo.

El senador demócrata Charles Schumer, que dirige la investigación parlamentaria sobre el papel del fiscal general en la marcha de los ocho fiscales, calificó la decisión de McNulty de "irónica" porque, en su opinión, el número dos de Justicia se había mostrado más convincente que el propio Gonzales en su comparecencia ante la Cámara.

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