Una gestión marcada por una soledad polémica

El próximo 25 de mayo, sólo dos días antes de la celebración de las elecciones municipales, la junta de gobierno del Ayuntamiento de Vitoria, presidida por Alfonso Alonso (Vitoria, 1967), candidato del PP a la reelección, adjudicará las obras de la plaza de la Virgen Blanca, sin duda el espacio más significativo de la capital alavesa. Esta reforma, que ha sido impulsada por Alonso a marchas forzadas, tan inmersa en la polémica que necesitó de la exposición pública del proyecto, refleja lo que han sido los últimos años de su gobierno en la capital alavesa. Entre la trifulca política continua, el primer edil ha gobernado los dos últimos años desde la minoría y ha visto cómo la oposición censuraba la mayoría de sus iniciativas, con un final de mandato marcado por las denuncias por supuestas irregularidades urbanísticas que han llegado incluso a la fiscalía.

Sin embargo, Alonso se muestra dispuesto a revalidar su puesto y ha saltado a la arena política con el equipo que le ha acompañado durante estos cuatro años: su lista la encabezan los mismos nueve concejales que consiguió el PP en 2003. Es más, en uno de los primeros actos de esta camapaña defendió al edil Jorge Ibarrondo como "el mejor concejal de Urbanismo de España", a pesar de que sobre él ha recaído todo el peso de la crítica de la oposición. Alonso asume de este modo toda su gestión en los últimos cuatro años.

Aunque contó con el respaldo del PSE para alcanzar el cargo de alcalde, la confianza socialista en Alonso resultó efímera. La victoria del PSOE en las generales de marzo de 2005 marcó el comienzo de las discrepancias. Un año más tarde, la soledad del mandatario popular al frente del consistorio se hizo evidente con la propuesta de PNV y PSE de una nueva ubicación para el auditorio, la obra estrella del primer edil. Las dos principales fuerzas de la oposición proponen el traslado de esta infraestructura a la plaza de Euskaltzaindia, en el barrio de Lakua. Además, apuestan por un edificio que sirva lo mismo como auditorio que como palacio de congresos, cuando Alonso se había inclinado por levantar un palacio de la Música en el paseo de La Senda y la reforma del Palacio Europa como nuevo espacio de congresos.

El proyecto del arquitecto Juan Navarro Baldeweg, que se presentó en 2002, no ha llegado a materializarse cinco años más tarde, a pesar de que ya se han invertido en él más de tres millones de euros. Desde aquella escenificación de la ruptura total entre la oposición y el equipo de gobierno, la temperatura del debate político en la ciudad fue subiendo conforme se acercaba la celebración de las municipales del próximo día 27. Alonso se vengó al poco tiempo: puso en venta las mismas parcelas de la plaza de Euskaltzaindia donde PNV y PSE apostaban por ubicar el auditorio.

Dada la capacidad decisoria que tiene el alcalde, tal y como establece la nueva ley municipal, Alonso sí ha logrado llevar adelante algún proyecto de cierta envergadura. Sin embargo, también en estos casos el seguimiento de la oposición ha sido muy exigente. Por ejemplo, respecto a la nueva plaza de toros de la ciudad. Alonso consiguió inaugurarla para las fiestas de La Blanca de 2006 no sin antes tener que bregar con varias denuncias de pelotazos inmobiliarios, como el de los 800 apartamentos tutelados que la constructora pretendía levantar en la parcela contigua a la plaza en lugar de los 300 previstos. La oposición consiguió paralizar la iniciativa que respaldaban los populares y se comenzó a hablar de crear una comisión de investigación municipal.

La negativa del PSE a la creación de esta comisión se convirtió en el último balón de oxígeno que lanzaban los socialistas a Alonso. A partir de entonces -junio de 2006-, el equipo de gobierno ha vivido en la soledad más absoluta, acompañado por denuncias de supuestas irregularidades urbanísticas y con una gestión marcada por los retrasos, como en el caso del soterramiento de las vías del ferrocarril.

Sin embargo, no todo han sido sombras en la gestión del PP en Vitoria. Cuando el alcalde hablaba de Jorge Ibarrondo como el "mejor concejal de Urbanismo de España" pretendía destacar el impulso que el consistorio ha dado a la construcción de viviendas, con un 70% de ellas de protección oficial. Los nuevos barrios de Salburua y Zabalgana y la conclusión del de Lakua dan fe de esa apuesta por reducir el número de demandantes de pisos,que ha pasado en ocho años de 16.000 a 7.000.

La vivienda es precisamente uno de los pilares básicos en el programa electoral del PP para estos comicios. Tanto es así que su apuesta estrella para los próximos cuatro años pasa por construir 16.000 nuevas viviendas que permitan acabar con las listas de espera, en las que ahora hay inscritas 7.054 personas.

"Tenemos que hacer un esfuerzo mayor. Ese es nuestro compromiso y aval para que se acaben los sorteos y listas de espera", aseguró Alonso en la presentación publica del programa la semana pasada. "En estos ocho años hemos impulsado la construcción de 16.800 pisos y en los tres primeros meses de 2007 ya hemos dado la licencia de otras 1.073", recordó.