Parquímetros, atención a mayores y más espacio para pasear

Restricciones al tráfico en el centro, calles peatonales, teleasistencia para mayores que viven solos, Samur Social para las personas sin hogar, préstamo de libros en el metro, un circo... No todo han sido grandes obras públicas en este mandato. M-30 aparte, se han cumplido otras promesas.

- Cortes de tráfico en parques y barrios céntricos. Tres pulmones de la ciudad se han librado total o parcialmente del paso de coches: la Casa de Campo, la Dehesa de la Villa y el parque del Oeste. Además, dos barrios muy céntricos han sido declarados "áreas de prioridad residencial": sólo pueden circular por ellos los vehículos de residentes y transporte público. Se trata de Cortes (incluido todo Huertas) y Embajadores (incluido el enjambre de calles de Lavapiés).

- Arenal, Montera y cuesta de Moyano, peatonales. Dos calles emblemáticas han sido recuperadas para los peatones: Arenal y Montera, aunque las obras están por culminar. Tampoco pasan ya coches por la cuesta de Moyano, y calles y plazas como Cava Baja, Fuencarral, Tirso de Molina o Soledad Torres Acosta -ésta después de que los vecinos denunciaran con un vídeo su grave deterioro- sufrieron una reforma integral. Se ampliaron las restricciones al tráfico en Sol y se experimentó con el cierre de Gran Vía los domingos comerciales (la prueba acabó hace un año).

- Parquímetros y un bordillo en el carril-bus. La red de parquímetros ha pasado de 37.000 plazas hace cuatro años a las 170.000 actuales (el 76%, para residentes). El Ayuntamiento asegura que esta fórmula de aparcamientos de pago disuade a los conductores, y que con ella ha logrado reducir un 3% los accesos al perímetro que circunvala la M-30: 40.500 coches menos cada día. Pero la decisión causó una sonada protesta vecinal en tres distritos periféricos: Fuencarral, Carabanchel y Hortaleza. Además, en la lucha contra el atasco se han empleado dos armas: el bordillo plástico que ya protege 39 kilómetros de carril-bus -aunque sus detractores dicen que es de una estética penosa- y la creación del cuerpo de agentes de movilidad: 950 funcionarios no armados que sustituyen a la policía en la tarea de regular el tráfico.

- Samur Social, asistencia a mayores. La promesa de crear un Samur Social que recorra las calles y atienda a las personas sin techo se ha cumplido. Y la concejalía de Ana Botella se ha volcado en la atención a los mayores, sobre todo a distancia: de 16.000 dispositivos de teleasistencia se ha pasado a 81.000; el nivel de cobertura apenas llega al 12%, pero triplica la media nacional. De los 42 centros de día comprometidos sólo se han hecho 26, aunque sí se han triplicado las plazas, como se dijo, por el método de subvencionarlas en centros privados.

- Más cielo en Santo Domingo y Cuatro Caminos. El aparcamiento en superficie de Santo Domingo, que tapaba con sus tres plantas la visión de la plaza, ha desaparecido tras una larga expropiación y ha dado lugar a un espacio peatonal; en Cuatro Caminos, el scalextric se desmontó. Ahora hay túnel.

- Soterramiento de vías férreas... y de líneas eléctricas. El Ayuntamiento, haciéndose eco de una vieja reivindicación vecinal, soterró 500 de los 3.000 metros de vía férrea que dividen el barrio de Entrevías, y construyó encima un paseo. Por otro lado, se han firmado convenios con las compañías eléctricas para esconder bajo tierra las líneas de alta tensión; hasta el momento se han soterrado 160 kilómetros en 14 distritos.

- Bibliometro, circo Price,Noche en Blanco. El alcalde prometió sacar la cultura a la calle. Lo llevó a cabo el pasado 23 de septiembre al convocar la primera Noche en Blanco de la capital: una jornada cultural apta para insomnes. También hay, por primera vez en 37 años, un circo estable en Madrid, el nuevo Price, y el metro cuenta con un servicio (exiguo) de préstamo de libros: Bibliometro.