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Crítica:COMER
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Barcelona, con virtuosismo y mestizaje

ALKIMIA, la alta cocina contemporánea del 'chef' Jordi Vilá

José Carlos Capel

Desde hace años, el quehacer de Jordi Vilá, uno de los cocineros catalanes de mayor futuro, se asocia a recetas virtuosas y ligeras estrechamente vinculadas a sus raíces. Alta cocina contemporánea que se inspira en las tradiciones, en el paisaje mediterráneo o en los guisos de cuchara, se muestra muy pendiente de los productos de temporada y no es ajena a un depurado virtuosismo.

De la misma forma que otros restaurantes que en los últimos tiempos han conocido el éxito en Barcelona -Saüc, Coure, Gresca-, el vanguardista Alkimia encabeza el grupo de los neobistrots urbanos. Locales modernos y de una sencillez intencionada que, en versión actual, rememoran de forma vaga las viejas casas de comidas.

ALKIMIA

Industria, 79. Barcelona. Teléfono 932 07 61 15. Precio medio por persona, entre 55 y 80 euros. Menú de degustación, 48 euros. Gran menú de degustación, 60 euros. Coca de anchoas con escalivada, 17 euros. Gambas con arroz 'empordà', 35 euros. Patas de cerdo con endibias glaseadas, 22 euros. Tocinillo de cielo con sorbete de jengibre, 9 euros.

Pan ... 7,5

Café ... 8,5

Bodega ... 6,5

Aseos ... 6,5

Ambiente ... 8

Servicio ... 8

A punto de cumplir un lustro al frente de este local, su joven patrón mantiene el pulso con la misma solidez de sus comienzos. Tan seguro se siente de su capacidad creativa, que con un desparpajo insólito incorpora numerosos productos de la despensa global sin alterar su código de sabores maternos. Como ejemplo basta el mar adentro, plato en el que una ostra y una cañaílla flotan en jugo yodado de moluscos, con hojas de albahaca morada y alga kombu. Mestizaje que se repite en la tarrina de liebre pirenaica (receta algo desvaída y no conseguida del todo), que adorna con brotes de flores y hojas verdes niponas.

Sin renunciar en ningún momento a la elegancia que le caracteriza, Vilá consigue los mayores logros con la despensa circundante. En primavera, nada semejante a su versión de los guisantes con sepia, que adereza con espuma de nueces de macadamia y trocitos de coco. Una mezcla sutil en la que alternan los matices ácidos, dulces, salados y picantes.

Sus recetas, que contienen pocos ingredientes y hacen gala de una sencillez compleja, esconden casi siempre alguna sorpresa. Golpes de destreza que quedan en evidencia en la lubina con calabaza a la espuma de mantequilla, en la que el gusto graso-marino del pescado se ribetea con los sabores dulces y las notas tostadas de las pipas de calabaza. En la misma línea se encuentra el buey de raza wagyu japonesa, que sobrenada en un caldo maderizado-ahumado, con tropezones de calçots y piñones.

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VIÑEDO DE OTOÑO

TRES ESPECIALIDADES de Alkimia se encuentran entre las más demandadas por los asiduos. En primer término, el arroz con ñoras y cigalas, con gusto a la clásica salsa romesco, azafrán y crustáceos espléndidos. En segundo lugar, el steak tartar a la soja, con patatas soufflés y mantequilla a las especias. Y, por supuesto, la espaldita de lechazo churro con fondue de queso y pan de tomillo. Como alternativa a la carta están los dos menús de degustación (48 y 60 euros, respectivamente), que incluyen varios entrantes, dos medias raciones y postres, y que brindan la opción de escoger platos concretos.Los desvelos de Vilá por las recetas saladas se hacen extensivos a los postres, la mayoría con puntos de sofisticación divertidos. Comentario que refrenda su viñedo de otoño, que armoniza helado de litchis y vino con galletas tostadas, pistachos, frutas tropicales y remolacha. No menos conseguido resulta el brownie con helado de yogur y chocolate a la crema de té ahumado, conjunto intrigante en el que se superponen las sensaciones golosas a los dejes ahumados y picantes.La lista de vinos se mantiene en un tono de discreta normalidad, con botellas bien seleccionadas de bodegas pequeñas o relativamente poco conocidas. Tampoco desmerece el surtido de quesos catalanes, con casi diez piezas artesanas (Blau de Centelles, Tous de Tillers, Muntanyola) elaboradas con leche de cabra, vaca u oveja.El café es bueno, y el pan se elabora en la propia casa.

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Sobre la firma

José Carlos Capel
Economista. Crítico de EL PAÍS desde hace 34 años. Miembro de la Real Academia de Gastronomía y de varias cofradías gastronómicas españolas y europeas, incluida la de Gastrónomos Pobres. Fundador en 2003 del congreso de alta cocina Madrid Fusión. Tiene publicados 45 libros de literatura gastronómica. Cocina por afición, sobre todo los desayunos.

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