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Reportaje:La despedida del líder del Nuevo Laborismo

De la 'tercera vía' a la paz del Ulster

El arquitecto del Nuevo Laborismo deja un legado discutido pero con muchas facetas

Tony Blair confía en que la historia le juzgue de manera más benigna que las encuestas y los analistas de hoy día. El hombre que revolucionó el laborismo británico, que lo puso en el centro político a través de la tercera vía y lo convirtió en una máquina de ganar elecciones, no va a tener la despedida que esperaba. Su legado no es escaso, pero casi todo lo bueno se remonta a sus primeros meses de Gobierno con la sonora excepción del proceso de paz de Irlanda del Norte, cuyos cimientos datan de entonces, pero que Blair no ha visto culminado hasta el pasado martes.

Aunque ninguno tiene el brillo del final de la guerra civil del Ulster, Blair tiene legítimo derecho a apuntarse muchos otros logros. Rompió el aislamiento político europeo en el que vivía el Reino Unido en los últimos años de los tories, incluyó en la legislación británica la Carta Social Europea y la Convención Europea de Derechos Humanos, ha instaurado la autonomía en Escocia y Gales, y ha abolido la transmisión hereditaria del título de lord. De la mano de Gordon Brown ha convertido la economía británica en una de las más dinámicas de Europa, introdujo el salario mínimo y ha dado independencia al Banco de Inglaterra.

Las cifras hablan de un país más rico y ocioso, pero donde la vida es difícil para los pobres
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Según cifras del diario The Guardian, en los 10 años de mandato de Blair, la expectativa de vida de los hombres ha crecido 1,8 años, y la de las mujeres, 1,3, las inversiones extranjeras en el Reino Unido han pasado de 123.000 millones de euros anuales a 182.000, el salario semanal de los varones ha aumentado de 525 a 717 euros, el acceso a plataformas multicanal de televisión ha pasado del 25,5% de los hogares al 78,6%, el número de teléfonos móviles se ha incrementado de 8 a 65 millones y el número de personas que visitan museos ha crecido de 14,4 millones al año a 38. Pero el precio medio de la vivienda se ha disparado de 106.000 a 253.000 euros, la población encarcelada ha pasado de 61.114 reclusos a 79.380, los 473.800 alumnos de la enseñanza privada se han convertido en 615.000, y el número de cámaras de vigilancia en las calles y locales públicos ha visto un crecimiento meteórico de 100.000 en 1997 a cuatro millones en la actualidad.

Son cifras que hablan de un Reino Unido más ocioso, más rico y consumista, pero también de un país en el que la vida es cada vez más fácil para los ricos y más difícil para los pobres. Algo que puede explicar en parte la decepción vivida por la izquierda laborista. El veterano historiador marxista Eric Hobsbawm parece ir por ese lado cuando retrata para este diario su visión de Tony Blair: "Un político muy dotado, perfecto para los medios de comunicación de nuestro tiempo, un hombre que no ha pensado las cosas con cuidado, que ha desarrollado un gusto por salvar el mundo a través de intervenciones militares que finalmente han acabado con él", explica.

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"Como Gobierno, la pareja Blair-Brown ha tenido bastante éxito en casa, pero la política exterior ha sido un desastre", continúa Hobsbawm. "Creo que también es verdad que en muchos aspectos el estilo de gobierno de Blair ha desmoralizado a sus seguidores tradicionales y provocado la hostilidad del centro-izquierda y, en consecuencia, 10 años después de haber llegado al poder deja a la izquierda en una situación muy difícil". ¿Cuál es el legado de Blair? "Un aspecto totalmente positivo de su legado es que ha conseguido acabar con la guerra civil en Irlanda del Norte. Salvo eso, no veo ningún legado específico. En la práctica, lo que ha hecho es seguir las políticas de mercado libre que empezaron los gobiernos conservadores. En otros aspectos ha introducido una serie de reformas muy mal preparadas, como la autonomía de Escocia y Gales y la reforma de la Cámara de los Lores, que han provocado problemas que nadie supo prever ni plantear".

Junto a Irlanda del Norte, la economía pasa por ser uno de los puntos fuertes de la era Blair, pero hay también sombras entre las luces. "La economía ha funcionado bien, han sido los 10 mejores años desde los años sesenta, eso es algo que siempre cuenta favorablemente; pero lo que ha ido muy mal es el haber dejado crecer los precios de la vivienda de manera tan rápida sin que el Gobierno pareciera darse apenas cuenta", apunta Martin Weale, director del Instituto Nacional de Investigación Económica y Social. La reforma de los servicios públicos, uno de los aspectos capitales en el debate político nacional, genera controversia. "La mayoría de las evidencias sugiere que el funcionamiento de los servicios públicos es malo, la productividad ha caído y el enorme incremento del gasto ha sido absorbido en gran parte con un incremento de los costes. Y la gente lo nota", sostiene Weale. Pero no está nada claro que el servicio prestado al público sea peor ahora. Las cifras del Gobierno respaldan una sensible mejora en las prestaciones sanitarias y educativas.

A juicio de Martin Rees, presidente de la Royal Society, uno de los legados de Tony Blair pasa por "haber lanzado el debate sobre el cambio climático a nivel internacional", aunque ese liderazgo internacional no ha ido acompañado de "medidas valientes en el Reino Unido".

El ministro de Finanzas, Gordon Brown, sale de su residencia ayer en Londres.
El ministro de Finanzas, Gordon Brown, sale de su residencia ayer en Londres.REUTERS

LUGARES DE VACACIONES

1997 y 1999: Toscana, Italia, invitados por empresarios y políticos locales.

1998: Visitan el coto de Doñana invitados por José María Aznar.

2003 y 2006: Barbados, invitados por el cantante Cliff Richard.

2004: Cerdeña, huéspedes de Silvio Berlusconi.

PROPIEDADES DE LOS BLAIR

-Casa en Myrobella, al norte de Inglaterra, comprada por 44.000 euros

-Adquieren dos pisos en Bristol por 770.000 euros

-Compran en 2004 una mansión en el barrio londinense de Westminster. Ampliada en 2007 con una zona anexa. En total, les costó 6,8 millones de euros

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