Un juez de carrera política meteórica

El PP aspira a recuperar la alcaldía de Sevilla, que perdió en 1999, de la mano de un juez en excedencia que ha tenido una meteórica carrera política. En solo tres años, Juan Ignacio Zoido (50 años, Sevilla) ha pasado de ser un militante de base con el carné recién estrenado a secretario general del PP andaluz y, posteriormente, candidato a alcalde de la capital hispalense. Zoido rechazó la entrevista solicitada por EL PAÍS.

Su ascenso se explica exclusivamente por el empeño de su padrino político, Javier Arenas, presidente del PP en Andalucía. Quienes le recuerdan de su etapa en la judicatura sostienen que Zoido era un juez "normalito", nada brillante pero sí trabajador. Con 35 años, Zoido fue elegido juez decano de Sevilla, el trampolín que le llevó a la política en 1996, cuando fue nombrado director general en el Ministerio de Justicia del primer Gobierno del PP. Su pertenencia a la Asociación Profesional del Magistratura (APM), mayoritaria y conservadora, fue decisiva en este nombramiento, según fuentes judiciales. Entre 2000 y 2004 fue delegado del Gobierno en Castilla-La Mancha y Andalucía.

Tras la derrota electoral del PP, Zoido, casado y con dos hijos (espera el tercero 15 días después de las elecciones), entró por primera vez en la vida orgánica de su partido. Sus maneras -"no utiliza el ordeno y mando", según un compañero- sorprendieron en el PP. Aunque le costó, finalmente "se hizo con las riendas del partido", afirma un colaborador cercano.

La renuncia de Soledad Becerril, ex alcaldesa de Sevilla, a entrar de nuevo en una contienda electoral abrió las puertas a la candidatura de Zoido. En el último año su principal objetivo ha sido darse a conocer entre los votantes, ante los que hace gala de sevillanía. Su lema de campaña lo dice todo: "Te quiero Sevilla".