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Reportaje:Elecciones 27M

El cemento se impone a los parques en las grandes ciudades

Los jardines de Valencia y Alicante están entre los peor valorados por sus vecinos, alejados de la media de zonas verdes recomendada

El Quercus valentina o roble valenciano es una especie ya desaparecida en Valencia y Alicante. Tras 16 años en el poder Rita Barberá, alcaldesa de Valencia, plantó hace dos meses, en un acto más simbólico que real, el único ejemplar de este roble que catalogara en uno de sus viajes por el Reino de Valencia el botánico Antonio José Cavanilles (Valencia 1745-Madrid, 1804). Es, en cualquier caso, una anécdota que serviría de muestra de la tacañería verde que ha caracterizado la gestión de la primera edil y de su homólogo en Alicante, Luis Diaz Alperi. Ambas ciudades han convertido sus parques y jardines en los peor valorados de España por sus ciudadanos, según un informe de la revista Consumer, del grupo Eroski.

VALENCIA Como hace cuatro años

Las medias, tan manipuladas en el reparto de equipamientos por habitante, sirven en Valencia para la crítica (del PSPV) y para la autocomplacencia (del PP). Los 5,5 metros cuadrados de zona verde para cada habitante superan, por poco, el límite del Plan General de 1988 (5,1). Suficiente para que la alcaldesa presuma en su programa, a pesar de gozar de una proporción similar a la de 2002 (5,2). El PSPV compara el reparto con los ocho metros que recomienda la OMS y los 10 que exige la Ley de Ordenación del Territorio.

La oposición critica a Barberá por su visión escaparatista; que compra un deportivo pero debe dinero en la verdulería; la que gasta más de 300.000 euros para la decoración de 200 metros del Pont de las flors y deja a los niños de un barrio de 14.200 vecinos jugando en aceras y solares. El reproche pasa a la realidad en el barrio de la Malva-rosa.

¿Cuál es el jardín más cercano? Dolores Saez y María Gómez paran sus carros de la compra. Llevan décadas viviendo en la Malva-Rosa pero dudan en responder; Todo un síntoma de las carencias. "Posiblemente el de Serrería" (fuera del barrio), contesta Saez. "Mis hijos se han hartado a jugar en la calle", resume Gómez. "Mira este solar. Debía haber un parque, lleva 30 años prometido; Ahí sigue. Cuando llueve es una ciénaga", añade. Señala a la calle de Vicente La Roda. 2.500 metros cuadrados planteados sobre plano como jardín. Sobre la polvareda se acumulan los colchones, escombros y coches aparcados. "Per una Plaça digna", reclama una pintada. En la esquina del solar un cartel anuncia que el camino es la calle de Antonio Ponz. Su uso es tan alejado al de un jardín que el Ayuntamiento ha decidio señalizar el solar como una calle. La última instalación estrenada en la Malva-rosa ha sido un campo de fútbol. "Muy bien, pero no es un parque", reclama una vecina. "Todo lo hacen en el puerto o en Alboraia, aquí no toca", lamenta María Gómez, 30 años viviendo en un barrio donde las aceras han sido los parques de sus hijos.

ALICANTE Pocos parques y mal cuidados

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La carencia de zonas verdes se evidencia, más si cabe, en Alicante, donde no existe un antiguo cauce de río para el ocio, y donde es claro el desequilibrio entre las nuevas zonas en construcción, que cuentan con espacios ajardinados privados, y los barrios tradicionales, donde los equipamientos públicos son escasos. El centro histórico, mencionan los socialistas, disponía hace dos años únicamente del 10% de las zonas ajardinadas de la ciudad. Y la zona verde por habitante no alcanzaba los 6 metros cuadrados (5,3 según la revista Consumer). "En los barrios faltan zonas verdes", resume Francisco Sánchez, presidente de la asociación de vecinos de Campoamor. "Además, el mantenimiento es malo y también el equipamiento", añade la concejal socialista, Teresa de Nova. Estatuas mutiladas, fuentes sucias llenas de papeles, papeleras rotas y falta de juegos para los niños son parte del paisaje, según insisten las críticas de la oposición. Esta realidad fue detectada por los inspectores de la revista Consumer, que encontraron desperfectos y basuras en los parques de Lo Morant y de San Fernando-El Tossal. El Ayuntamiento señaló al vandalismo y a la falta de civismo de los vecinos para explicar la situación.

Las reivindicaciones vecinales han sobrevivido a los mandatos ante la falta de concreción. Los casi 3.000 vecinos de Villafranqueza, reclaman desde la etapa de alcalde socialista José Luis Lassaleta, una zona deportiva y de ocio. "Es lo que nos hace falta tanto a los mayores como a los chavales", explican en la asociación El Palamó. El Ayuntamiento ha redactado un anteproyecto de 30.000 metros en la finca del Retiro, en su momento propiedad del conde de Franqueza y ahora en manos del Consistorio. De la misma época, pero con distinta suerte, es la reivindicación de Campoamor para aprovechar la construcción del Auditorio proyectado para una zona verde. El actual proyecto no lo contempla. Los 21.000 vecinos tendrán que conformarse con las dos actuales zonas verdes.

LAS PROMESAS INCLUMPLIDAS Y LAS PROPUESTAS DE FUTURO

ALICANTE

El PP prometió en 2003 un gran parque de la Estación de Murcia a San Gabriel

Alperi repite en su programa la recuperación de los Lagos de Rabassa y añade un "gran parque" de 1 millón de metros cuadrados

La socialista Andreu: Un árbol por habitante (ahora el porcentaje es 0,8)

PP y PSPV quieren un parque en Serra Grossa y protección para los humedales de Aguamarga

Etelvina Andreu: Recuperar los montes de Benacantil y Tossal

VALENCIA

El PP prometió llegar a 7,7 metros verdes por habitante (sólo hay 5,5)

En 2003, el PP auguró llegar a los 135.000 árboles (ahora hay 104.000)

Alborch: Arboledas de hoja caduca para dar sombra en verano y sol en invierno

Barberá: Mejorar la accesibilidad de todos los parques de la ciudad

Alborch: Construir el parque de La Carolina que lleva 15 años proyectado

Barberá: Crear zonas de recreo en los parques para las personas mayores

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